Junto al Caño, en las inmediaciones de la ribera del Curtidero, en el parque de Santa Croya de Tera, se tiene previsto instalar una muestra expositiva de objetos antiguos. La Comisión de Fiestas de la localidad ribereña del Tera organiza la I exposición etnográfica el próximo sábado 24 de agosto, desde las 11:00 horas a las 14:00 horas, con el fin de que los vecinos aporten objetos y herramientas antiguas, así como de oficios desaparecidos.
Junto a las aportaciones de aperos antiguos, la exposición incluirá también todo tipo de objetos que han formado parte de la vida diaria de generaciones.
La iniciativa de los miembros de la Comisión de Fiestas viene a revitalizar el ya museo al aire libre que de forma permanente tiene este pueblo. Y es que Santa Croya ha logrado en pocos años ser un referente en la comarca de las muestras etnográficas. Santa Croya se ha erigido en un museo. No por su historia, que de ello se remonta nada menos que al siglo XI con donaciones de terrenos en el pago de «Jamontes» al priorato o cenobio de San Salvador de Viridae, el que llegó a denominarse como «Conventico», en San Pedro de la Viña, sino como muestra expositiva de los utensilios e instrumentos propios de oficios ya desaparecidos. La lengua de terreno de la ribera del «Curtidero», la zona junto a la manga del río Tera, bautizada así por el lugar donde se curtían las pieles, muestra una variada exposición de maquinaria de labranza y de aperos, algunos de ellos casi en exclusiva en el territorio de la provincia. Del mismo modo, el espacio ribereño del Caño, junto a los edificios municipales.
Un trillo mecánico con actividad en Santa Croya hasta hace medio siglo, pero que había llegado a este pueblo en los albores del siglo XX, forma parte ya de la amplia colección de enseres, puestos a la contemplación del visitante, a la par de servir de contenidos didácticos.
El trillo mecánico, de tracción animal, lograba, en pleno auge de los trillos antiguos, los de la plataforma de madera con el suelo impregnado de piedras punzantes a modo de cuchillas, una auténtica revolución en Santa Croya y en la comarca. Su mayor rapidez en la trituración de las gavillas de la trilla, sin embargo no logró desbancar al trillo de toda la vida. Éste dio paso a la maquinaria.
La revolución industrial en las eras había llegado a Santa Croya de la firma vitoriana Ajuria, la que delataba su marca en la maquinaria salida del complejo de fundición «San Pedro de Araia» con el pequeño sello grabado en metal.
Junto a este trillo mecánico, donado al municipio por quien fue su último usuario, Zacarías Arenas, quien había tomado las riendas de sus familiares en la trilla, se muestran un conjunto de enseres y maquinaria antigua de estos oficios antiguos, también donados todos ellos por sus anteriores propietarios.
La viga del lagar para el prensado de la uva en la bodega se instaló también en esta colección etnográfica dejando ver todos sus elementos, de madera todos ellos. El «huso» o tornillo fijado sobre «el pienso» o «compromiso» y la «melena» fuertemente sujeta con ataduras de cuerda de dogal. La relación de piezas e instrumentos abarca también a varios tipos de arados, algunos reversibles, sembradoras, ruedas, máquinas limpiadoras o aventadoras, un «buyonero» para practicar los lomos de los surcos en los cultivos, los «buyones». Máquinas segadoras, otras para la siembra de alubias e, incluso, para la remolacha, un potro de herrar, y un sinfín de instrumentos forman parte de la colección etnográfica del Curtidero.
La Comisión de Fiestas de Santa Croya, como impulsora de la iniciativa, tiene ante sí todo un reto, mostrar a las nuevas generaciones una parte fundamental de la intrahistoria local a través de herramientas, utensilios, relojes e, incluso, motos y bicicletas antiguas.