VÍDEO y GALERÍA | Campanas que hacen historia en la vega del Almucera

Brime de Urz celebra la Fiesta del patrón San Esteban desfilando con la imagen, desde la iglesia a la ermita, la bendición de campos, misa y exhibición de campaneros en homenaje póstumo a Paco Gallego Neira, del dúo Los Dos Españoles

La ermita del mártir San Esteban en Brime de Urz, ubicada en el cerro de las estribaciones de la Sierra de Carpurias que le da nombre, conoció este sábado 4 de mayo y por primera vez en su historia el sonido de las campanas. Los vanos de la espadaña del templo nunca han llegado a estar ocupados por los instrumentos sonoros.

Y fue este mediodía, cuando los repiques y los diferentes toques, en una exhibición personalizada de los miembros de la asociación de campaneros zamoranos, se lanzaron a los cuatro vientos extendiéndose por la fértil vega del arroyo Almucera e, incluso, traspasando cerros y altiplanos.

Se celebraba en Brime de Urz la fiesta del patrón San Esteban, una pequeña imagen que había sido trasladada el pasado Domingo de Pascua, desde la ermita hasta la iglesia parroquial, en el pueblo, para ser venerada más de cerca por los vecinos. Y era este sábado 4 de mayo, como manda la tradición, en el primer fin de semana del mes de las flores, cuando se procesionaba con el santo hasta su sede en la ermita. Eso sí, acompañado de la imagen de la Virgen del Rosario, los rezos de los devotos y la música de la charanga «Los Chirlos» de Domez de Alba.

El repique de campanas desde la espadaña de la iglesia anunciaba ya la salida del desfile procesional en un itinerario por el callejero del pueblo, la carretera al Valle del Eria y el puente sobre el arroyo del Almucera. El ascenso al cerro de San Esteban venía marcado por un hito histórico como el del toque de las campanas al paso de la procesión frente a la bodega castillo del dúo Los Dos Españoles. Los sonidos de las campanas anunciaban el homenaje póstumo al artista musical y de la forja, Francisco Gallego Neira, Paco, quien antes de fallecer, el 17 de noviembre del 2022, ya venía trabajando para que las campanas sonasen por primera vez en la ermita de su querido San Esteban.

La comitiva procesional continuaba su ascenso hasta la explanada de la ermita, donde a los pies de la espadaña, el párroco Miguel Hernández bendecía la campiña. Los devotos de San Esteban celebraron la misa en su honor y al finalizar la ceremonia religiosa, la privilegiada atalaya o mirador sobre la vega del Almucera servía de escenario para una exhibición de toques de campanas. Los miembros de la asociación campaneros zamoranos rendían así tributo al artista Paco Gallego, haciendo sonar los toques más tradicionales, muchos de ellos recuperados por el activo colectivo de campaneros. Incluso el hermano del homenajeado, Isaac Gallego, del dúo Los Dos Españoles, interpretó «la Molinera» con los toques de los badajos sobre el bronce de las campanas góticas instaladas sobre el campanario móvil. Hasta el lugar se había acercado un representante de la afamada fábrica cacereña de Montehermoso, Campanas Rivera, maestros fundidores desde el siglo XIX, artistas del sonido en bronce. El lema de «Rivera me fecit», Rivera me hizo, se expandió a los cuatro vientos con el volteo de las campanas del representante de Campanas Rivera.

San Esteban estaría muy agradecido al ver que sus devotos habían hecho lo posible porque desde su ermita el sonido de las campanas inundase la vega. Y Pago Gallego Neira se sentiría más que complacido. Campanas, cohetes y banderas se extendieron con el viento en la fiesta más emotiva de este pequeño pueblo de Brime de Urz, rico en historia y hospitalidad.

Fotos: M.A.C.

El representante de la casa de fundición Rivera volteando las campanas

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