Facundo Fernández, un agricultor de Quiruelas de Vidriales, alza la voz en medio de la creciente frustración que siente la comunidad agrícola y que se está traduciendo en intensas movilizaciones. «Circulando con el tractor por las carreteras no nos escuchan». Fernández expresa la necesidad de acciones extremas para ser escuchados: «Tenemos que recurrir a cortar una autovía para que nos hagan caso». Sin embargo, destaca que estos bloqueos se realizan por períodos cortos para minimizar las molestias a la población.
«Europa nos está ninguneando. Hacen leyes sin contar con los agricultores», afirma Fernández. Una de las principales quejas se centra en las restricciones a las rotaciones de cultivos, imposiciones que ignoran la diversidad de los terrenos agrícolas. «No podemos hacer las rotaciones que ellos nos imponen, cada terreno es diferente», añade.
El agricultor destaca la unidad de todos los agricultores, independientemente de sus ideologías, frente a estas dificultades: «Todos estamos en el mismo barco y todos tenemos el mismo problema». Advierte que la desconexión entre los precios que ven los consumidores en los supermercados y lo que se paga a los agricultores es alarmante.
«No nos identifica ningún partido político, nos identificamos con nuestro campo», subraya Fernández, indicando la falta de representación efectiva en las decisiones políticas. Critica que los sindicatos agrarios han abandonado a los agricultores en esta lucha.
Ante la falta de canalización efectiva, los agricultores se han organizado a través de redes sociales y grupos de WhatsApp. «Es un problema a nivel europeo y hay que afrontarlo en conjunto», advierte Fernández.
