En un emotivo acto de devoción y tradición, los fieles de Granucillo de Vidriales se congregaron para el solemne traslado de las veneradas imágenes de San Adrián y del Bendito Cristo desde la antigua ermita hasta la iglesia parroquial.
La procesión, marcada por el fervor y la espiritualidad, fue acompañada por cánticos, rezos y el repicar de las campanas de la ermita.
Los vecinos, participaron con devoción en esta ancestral tradición, que simboliza la unidad y la fe de la comunidad.
Este traslado no solo honra a los santos, sino que también mantiene viva una parte esencial del patrimonio cultural y religioso de Granucillo de Vidriales.