Este fin de semana, Víctor Pérez, un joven de Sitrama de Tera (Zamora), ganó el premio al mejor tomate de España en el IV Festival del Tomate de Cantabria. El tomate premiado, de la variedad «Abuela Justa», tiene una historia familiar, y es cultivado con esmero siguiendo las enseñanzas de su abuela, Justa.
Un triunfo inesperado
“No me lo esperaba para nada,” confesó Víctor, quien decidió participar en el concurso animado por una amiga. “Estoy en un grupo de WhatsApp sobre tomates, y una chica de Astorga no paraba de insistir en que fuera,” explicó. Finalmente, decidió llevar sus tomates al concurso, casi sin pensar en el resultado. “Los presenté y cuando dieron los premios, mi tomate salió primero.”
El secreto del tomate «Abuela Justa»
El tomate «Abuela Justa» no es solo un producto cualquiera, es una variedad que ha sido preservada por la familia de Víctor durante años. “Mi abuela ha guardado la semilla toda su vida,” explicó. Justa, quien ha pasado su vida cultivando, también estuvo presente en la entrevista, compartiendo la alegría de su nieto al ver su legado reconocido a nivel nacional.
Cuando se le preguntó cuál es el secreto de estos tomates, Justa fue clara: “El trabajo, el abono y el agua.” Para Víctor, el secreto está también en el sabor: “Es un tomate dulce, con un puntito ácido, de piel fina y mucha carne.” Esta combinación lo hizo destacar en el concurso, donde el sabor fue uno de los aspectos más valorados.
La tradición familiar
Víctor explicó que la variedad «Abuela Justa» ha sido el tomate de toda la vida en su casa. “Es el tomate que todos en mi casa han comido y con el que se ha hecho la salsa de tomate siempre,” relató. La conexión con su abuela y la tierra de Sitrama de Tera es evidente en cada palabra que Víctor pronuncia. A pesar de no dedicarse profesionalmente a la agricultura, su pasión por la huerta es profunda y sincera. “Amo la huerta, es mi hobby, y mientras pueda, seguiré haciéndolo.”
Un futuro prometedor
Víctor también mencionó que tiene otras 19 variedades de tomates, que sigue cultivando con el mismo esmero. Aunque este año solo plantó seis matas de «Abuela Justa», no descarta volver a participar en futuros concursos. “Depende del tiempo que tenga y de lo que me permita el trabajo,” comentó. Por ahora, estos tomates son para el consumo familiar, pero la calidad que ha demostrado en Cantabria podría abrirle nuevas posibilidades en el futuro.