La Alianza UPA-COAG ha alzado la voz este viernes, denunciando que la expansión de la energía fotovoltaica ocupará próximamente 100.000 hectáreas cultivables en España. Las provincias de Zamora, Valladolid y Palencia están entre las más afectadas, donde ya se observa una significativa pérdida de terrenos agrícolas.
Desde 2019, la tecnología solar fotovoltaica ha registrado máximos históricos de potencia instalada, según destaca la Alianza. En 2023, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD) informó que la superficie destinada a instalaciones fotovoltaicas alcanzó las 50.000 hectáreas. Con los proyectos en marcha, se prevé que esta cifra se duplique en un futuro cercano, añadiendo otras 50.000 hectáreas.
En enero de 2023, el Ministerio evaluó positivamente 132 proyectos fotovoltaicos, cada uno con una capacidad superior a 50 MW, que en conjunto sumaban 24.752 MW y ocuparían aproximadamente 49.504 hectáreas. Esto representa un aumento significativo en la potencia y la superficie de los parques solares.
UPA-COAG destaca que el 93% de las nuevas hectáreas de paneles solares en la última década se encuentran en terrenos agrarios, desplazando principalmente cultivos de cereal, barbecho, girasol y olivar. Datos de la Encuesta de Superficies y Rendimientos de Cultivos (Esyrce) del MAPA revelan que este cambio de uso de suelo agrario hacia uso energético afecta en un 82% a superficies de secano, en un 11% a regadío, y solo un 7% a uso forestal y no agrario.
Aunque las comunidades de Castilla La Mancha y Extremadura abarcan casi la mitad de la superficie total de parques fotovoltaicos en España, las provincias de Zamora (3.223 hectáreas), Valladolid (2.433 hectáreas) y Palencia (2.206 hectáreas) se encuentran en el top 10 de las provincias con mayor superficie fotovoltaica instalada.
El crecimiento de la superficie de los parques fotovoltaicos ha sido sostenido desde 2018, y en los últimos tres años el incremento anual supera el 20%. Desde 2016 hasta 2023, la superficie destinada a este tipo de instalaciones ha crecido un 166%.
Esta expansión de la energía fotovoltaica, aunque beneficiosa para la generación de energía limpia, plantea un desafío significativo para la sostenibilidad de la agricultura y la gestión del uso del suelo en España. La Alianza UPA-COAG hace un llamado a la reflexión sobre el equilibrio necesario entre la transición energética y la protección de los terrenos agrícolas.