Los dos hermanos que en julio de 2022 se vieron envueltos en una fuerte discusión en el domicilio familiar, sito en Laguna de Duero (Valladolid), y llegaron finalmente a las manos han alcanzado un acuerdo en virtud del cual él realizará 56 días de trabajo en beneficio de la comunidad y ella, la peor parada, ha asumido catorce meses y treinta y dos días de cárcel cuya suspensión ha solicitado al tribunal.
La sentencia de conformidad ha sido sellada durante la breve vista celebrada en la Sección Segunda de lo Penal de la Audiencia de Valladolid, donde Samuel M.R. ha aceptado la realización de trabajos en beneficio de la comunidad por un delito de lesiones en el ámbito de la violencia doméstica cometido sobre su hermana–se exponía a ocho meses de cárcel inicialmente–y la otra contendiente, Erika, ha asumido siete meses y dieciséis días de prisión por cada uno de los dos delitos de la misma naturaleza, un perpetrado sobre el anterior y otro sobre el padre de ambos, que salió también lesionado al tratar de mediar en la trifulca.
A su vez, Samuel se compromete a mantenerse alejado de su hermana durante seis meses, sin poder tampoco comunicar con ella, y Erika hará lo propio con su hermano y su padre pero por un periodo de un año, siete meses y dieciséis días, según el acuerdo recogido por Europa Press.
La rebaja de la condena en el caso de ella, a la que inicialmente el fiscal pedía dos años de prisión, obedece también a que la acusación pública ha decido retirar contra Erika el delito de amenazas leves con armas en el ámbito de la violencia doméstica sobre su progenitor y por el que le pedía ocho meses de cárcel.
Además, el abogado de Erika, con la anuencia de la fiscal del caso, ha solicitado la suspensión de la ejecución de la condena por espacio de dos años–en ese periodo no podrá volver a delinquir–para que la joven no cumpla la pena de prisión, decisión que ahora está en manos del tribunal sentenciador y que tomará una vez corrobore que carece de antecedentes penales.
El acuerdo alcanzado entre las partes incluye la renuncia de los contendientes a las indemnizaciones que les pudieran corresponder por las lesiones sufridas.
MAMPARA DE SEPARACIÓN DURANTE LA VISTA
Lo llamativo de la jornada es que Erika y su letrado han comparecido ante la sala tras una mampara que en todo momento les ha mantenido separados y fuera de la vista del hermano y del padre de ambos, que también ha llegado a ocupar el banquillo debido a que se encontraba denunciado por su propia hija.
La pelea se produjo sobre las 16.30 horas del 30 de julio de 2022 en el domicilio familiar, en Laguna de Duero, cuando ambos hermanos se hallaban en la habitación de ella y comenzaron a darse golpes, empujones y puñetazos, sin que conste el motivo de la discusión, si bien la acusación pública hace constar que Erika padece una bulimia agresiva de la que se medica y ello le provoca constantes cambios de humor con tendencia a la agresividad, aunque no consta la posible afectación a sus facultades intelectivas y volitivas.
A resultas de los golpes entre ambos, Samuel sufrió arañazos en el tórax, contusiones en ambos hombros y el cuello que tardaron en curar cinco días, mientras que su hermana presentaba contusiones en la cara, cuello, muñeca y la pierna izquierda que tardaron en curar siete días.
CON UN RODILLO Y UN CUCHILLO
Pero a mayores, el padre de los dos contendientes también resultó lesionado al intentar separarles y al forcejear con Erika se golpeó accidentalmente en la boca con el marco de la puerta, lo que le ocasionó la fractura de un diente, aunque también sufrió erosiones en el brazo izquierdo y un hematoma en el hombro derecho.
Al zafarse de su padre, la joven fue a la cocina y cogió un rodillo de madera. Cuando el padre se lo arrebató, Erika se hizo entonces con un cuchillo de cocina de 11 centímetros de empuñadura y 20 de hoja con el que gritó «os vais a enterar», si bien su progenitor consiguió también arrebatárselo, hasta que llegó finalmente la Guardia Civil. Este último delito, sin embargo, ha sido eliminado por la Fiscalía vallisoletana.