Benavente vivió esta mañana la tradicional Procesión del Encuentro, una cita cargada de recogimiento, devoción y símbolos profundamente arraigados en el corazón de los benaventanos. A las 8:00 horas de este Viernes Santo, como marca la tradición, la iglesia de Santa María la Mayor se llenó de fieles, hermanos y hermanas de la Cofradía de Jesús Nazareno.
Dos caminos, un solo Encuentro
Finalizado el sermón, las imágenes de Jesús Nazareno y La Virgen de los Dolores, conocida como “La Dolorosa”, salieron en procesión en dos recorridos distintos. Jesús tomó el camino por La Rúa y la Virgen fue llevada por la calle de los Herreros, acompañadas en todo momento por el rezo del Santo Vía Crucis y el fervor de los asistentes.
El punto culminante se vivió en la Plaza Mayor, donde tuvo lugar la ceremonia de la Venia y el esperado Encuentro entre Jesús y su Madre, en un ambiente de profundo respeto y emoción. Al término, ambas procesiones se reunificaron y emprendieron el regreso al templo.

Una corona caída
Este año, un inesperado incidente captó la atención de muchos. Al sacar el paso de Jesús Nazareno desde Santa María, la corona del Nazareno se cayó, provocando un breve momento de tensión y comentarios entre los presentes. Fue una joven cofrade quien, con agilidad y decisión, subió al paso para recolocar la corona.
Tradiciones vivas en cada detalle
La Procesión del Encuentro no solo se caracteriza por su organización, sino también por los elementos que la hacen única: los cofrades que portan cruces de madera a hombros o las 14 cruces colocadas en balcones del recorrido, instauradas en 2006, que marcan las estaciones del Vía Crucis.
Y aunque la hora de inicio ha cambiado con los años —antiguamente era a las cinco de la madrugada—, el espíritu sigue intacto. Muchos recuerdan aquellas madrugadas en que se reunían para un “tente en pie” con pastas, aguardiente y partidas de chapas antes de comenzar la procesión.