A finales de la semana pasada, un componente del Grupo Cinológico de la Comandancia de la Guardia Civil de Zamora, cuando hacia prácticas con su perro, localizó en el paraje de Monte la Reina, en la localidad de Toro, dos artefactos explosivos poniéndolo en conocimiento del Equipo de Búsqueda y Localización de Artefactos Explosivos (TEBYL) de dicha Comandancia.
Ante esta situación se activa el protocolo de seguridad establecido, desplazándose hasta ese lugar para su comprobación y valoración, miembros del Equipo TEBYL acompañados por el componente del Grupo Cinológico que localizó los artefactos y que era conocedor de su localización.
El primer artefacto se trataba de una granada de fusil modelo Instalaza de las empleadas con los fusiles Cetme, que se encontraba disparada y sin explosionar con todos los elementos de fuego en su interior y el segundo de ellos, un proyectil de artillería del calibre 105mm, que se encontraba disparado, con la espoleta rota en la caída pero sin explosionar y con la carga explosiva en su interior.
Una vez valorada la situación, tomadas las precauciones necesarias, procedido al balizado de los artefactos explosivos y marcados los itinerarios para llegar a sus ubicaciones, y ante la peligrosidad de los artefactos localizados, se pasa aviso al GEDEX (Grupos de Especialistas en Desactivación de Artefactos Explosivos) con sede en la Comandancia de la Guardia Civil de Valladolid, para que se haga cargo de la incidencia y proceda a su destrucción o desmantelamiento, donde una vez valorada la situación, proceden a la destrucción controlada de los dos artefactos explosivos.
Todo este tipo de proyectiles o artefactos hallados casualmente, representan un gran riesgo para las personas si se manipulan. Por ello, la Guardia Civil aconseja y recomienda no tocarlos nunca, señalar el lugar de la aparición para poderlo reconocer posteriormente y dar aviso a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado para su recogida y posterior destrucción.
En caso de aparición en un domicilio, en ningún caso se debe trasportar dichos objetos para dejarlos o abandonarlos en otros lugares, limitándose a avisar y esperar la actuación de los especialistas.
No nos podemos fiar del aspecto físico de estos artefactos que, a pesar de parecer deteriorados, obsoletos e inofensivos, pudiera ser que estuvieran aún activos, pudiendo causar graves daños a las personas que los manipulen.