El 17 de julio de 2022 es una fecha marcada en negro en los calendarios de la provincia de Zamora. Hace dos años, un devastador incendio en Losacio calcinó 31.500 hectáreas, llevándose la vida de cuatro personas y dejando una profunda cicatriz en la comunidad. A pesar de los esfuerzos por recuperarse, las heridas siguen abiertas y el dolor aún atenaza los corazones de los zamoranos.
Impacto emocional y devastación
El fuego avanzó con una velocidad aterradora, obligando a desalojar más de treinta pueblos y dejando a miles de vecinos desolados. Entre las víctimas, se encuentran héroes como Ángel Martín, conocido como el ‘héroe de Tábara’, quien sufrió quemaduras en el 80% de su cuerpo intentando crear un cortafuegos. Su historia, junto con la de Daniel Gullón, un brigadista forestal, y Victoriano Antón, un pastor que no quiso abandonar a su ganado, conmovió a todo el país.
Consecuencias visibles y lucha por la recuperación
Hoy, las consecuencias del incendio aún son visibles. Encinas y pinares quemados siguen sin ser cortados, recordando constantemente la tragedia. Según Lucas Ferrero, presidente de la asociación ‘La Culebra no se calla’, la situación no ha mejorado lo suficiente: «No ha cambiado nada, lo que se ha quedado sin quemar sigue igual de sucio», advirtió Ferrero, señalando que si se repiten las condiciones de extrema sequedad, altas temperaturas y viento, podría producirse otro incendio similar.
A raíz de los incendios, en Castilla y León se ha incrementado el trabajo de las cuadrillas para realizar labores preventivas en invierno. En Zamora, la Diputación Provincial ha iniciado un proyecto para dotar a todos los núcleos de población de un kit básico de extinción con una manguera extensible, una boca de incendios y un batefuegos, una medida propuesta por la asociación de Ferrero.
Esfuerzos de reforestación
Pese a la adversidad, la comunidad no se rinde. La asociación ‘La Culebra no se calla’ ha plantado ya 9.000 árboles y planea plantar otros mil este otoño. Además, mantienen viva la memoria de los fallecidos con un gran lazo en piedra realizado en el primer aniversario del incendio.
Hoy, Zamora conmemora el segundo aniversario de estos trágicos eventos, honrando la memoria de quienes perdieron su vida y luchando por salir adelante. La Sierra de la Culebra sigue siendo un recordatorio de la devastación, pero también de la resiliencia y la solidaridad de una comunidad unida frente a la adversidad.
