Trabajadores de Audi en Bruselas roban las llaves de 200 vehículos para exigir explicaciones a Volkswagen

Trabajadores de la factoría de Audi en Bruselas han robado las llaves de unos 200 vehículos para exigir a la matriz de la marca, la alemana Volkswagen, explicaciones sobre el futuro de la factoría después de las últimas noticias sobre el posible cierre de plantas.

Los trabajadores han advertido de que ningún coche saldrá de la fábrica hasta que reciban información concreta, según recoge la agencia de noticias Belga.

Desde Audi han advertido de que no cederán a este tipo de chantajes y han amenazado con denunciar si las llaves no han sido devueltas para el mediodía del lunes, según Belga, que destaca que las cámaras de seguridad pueden servir para identificar a los responsables.

Audi informó en julio de que no se descarta el cierre de la fábrica de Bruselas debido a la baja demanda del todocamino eléctrico Q8 e-tron que se fabrica allí. Unos 3.000 trabajadores están empleados en esta planta.

El pasado martes Volkswagen anunció que no se producirá ningún nuevo modelo del grupo en Bruselas en los próximos años. Ante esta situación, los trabajadores han respondido con huelgas que han impedido la reanudación de la producción tras el parón veraniego. Los sindicatos han convocado una jornada de protesta para el 16 de septiembre.

SITUACIÓN «ALARMANTE»

El director general del grupo Volkswagen, Oliver Blume, ha apuntado que la situación económica de la empresa es «alarmante», según una entrevista publicada este domingo por el dominical ‘Bild am Sonntag’.

La situación de la marca principal «es tan grave que no es posible dejar que todo siga como antes», ha declarado Blume. Como motivos enumeró el hecho de que en Europa se compran menos vehículos, al mismo tiempo que se abren paso en el mercado nuevos competidores asiáticos.

«El pastel se ha hecho más pequeño y tenemos más invitados a la mesa», ha argumentado Blume. La industria europea del automóvil se encuentra en una situación que nunca antes había existido.

«El entorno económico se ha vuelto aún más duro, especialmente para la marca Volkswagen», señaló. Sin embargo, también negó que la automotriz vaya a abandonar el país: «Estamos firmemente comprometidos con Alemania como emplazamiento, porque Volkswagen ha formado a generaciones enteras. Tenemos empleados cuyos abuelos ya trabajaban en Volkswagen. Quiero que sus nietos puedan seguir trabajando aquí».

Sin embargo, a la vez el directivo apeló a la voluntad de cambio, usando un juego de palabras en alemán: «Volkswagen también contiene la palabra ‘atreverse’. Tenemos que atrevernos a hacer algo de nuevo: atrevernos a tener éxito». Blume aludió así a la polisemia en alemán de la palabra «wagen», que significa «coche», pero como verbo también «atreverse».

El mayor fabricante de automóviles de Europa había anunciado previamente que, en vista del empeoramiento de la situación, volvería a endurecer su programa de austeridad en el núcleo de la marca principal. Ya no se descartan cierres de plantas en Alemania ni despidos forzosos.

Volkswagen nunca ha cerrado una planta en Alemania, pero tampoco en ningún otro lugar del mundo desde 1988. Sin embargo, las decepcionantes ventas han llevado a la dirección a considerar amplias reformas para indignación de los empleados de la compañía.

Unos 25.000 trabajadores se reunieron esta semana en la sede de Volkswagen en la ciudad de Wolfsburgo, en el norte de Alemania, para escuchar a la dirección defender los recortes previstos.

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