Después de 53 días de intensos trabajos, la fachada del Gran Teatro Reina Sofía de Benavente ha recuperado su esplendor original. Gracias a la meticulosa restauración llevada a cabo por el escultor y restaurador Eloy Esteban Villar. Los trabajos, que solo se interrumpieron en las festividades de Nochebuena y Navidad. Tras la renovación se ha devuelto la integridad a la ornamentación de escayola, la cual había sufrido deterioros a lo largo del tiempo debido a la humedad y las inclemencias del tiempo.
El proceso de restauración ha sido detallado y cuidadoso, respetando en todo momento los materiales y colores originales de la fachada. Para evitar que los ornamentos pudieran caer nuevamente, el restaurador ha utilizado un total de 300 anclajes de acero inoxidable, garantizando su estabilidad a largo plazo.
La intervención ha contado con la supervisión del Servicio Territorial de Cultura, que ha velado porque el proceso respetara la autenticidad de la obra. Además, se han realizado réplicas exactas de los ornamentos dañados utilizando moldes originales. También se ha sellado cuidadosamente toda la superficie para evitar la entrada de agua y proteger la pintura.
A pesar de la estabilidad alcanzada, los expertos advierten que la humedad y la lluvia siguen siendo los principales enemigos de la fachada. Por ello, se recomienda realizar tareas de conservación periódicas, cada tres o cuatro años, para asegurar el buen estado de la ornamentación. Asimismo, el Servicio Territorial de Cultura ha sugerido la aplicación de un tratamiento hidrófugo a la fachada para protegerla aún más. Aunque este tratamiento no pudo aplicarse debido a restricciones presupuestarias.
El proyecto ha tenido un coste de 11.700 euros. Pero ha sido clave para preservar uno de los elementos más representativos del patrimonio arquitectónico de Benavente. Su finalización marca un hito en la conservación del Gran Teatro Reina Sofía.