Reducción de la siniestralidad laboral en trabajadores autónomos durante el primer semestre de 2024

Castilla y León sigue la tendencia positiva, pero la prevención sigue siendo clave

En el primer semestre de 2024, se han registrado 16.119 accidentes de trabajo con baja entre los trabajadores autónomos a nivel estatal. De estos, 15.710 han sido leves, 380 graves y 29 mortales. Este descenso se evidencia al compararlo con el mismo período del año anterior, cuando los accidentes de trabajo fueron 745 más, lo que demuestra una reducción significativa en la siniestralidad.

Castilla y León: un ligero descenso, pero con retos pendientes

En Castilla y León, la situación refleja la tendencia estatal, con un total de 995 accidentes de trabajo registrados, de los cuales 967 han sido leves, 27 graves y 1 mortal. Esta cifra supone una disminución de 89 accidentes en comparación con el primer semestre de 2023, lo que es un indicativo positivo, aunque no exento de preocupación.

Sectores más afectados por la siniestralidad laboral

Pese al descenso generalizado, la Construcción sigue siendo el sector con mayor número de accidentes de trabajo, registrando 4.591 incidentes y 7 muertes. Le siguen el Comercio con 2.101 accidentes y 2 fallecimientos, la Agricultura con 1.848 accidentes y 5 muertes, y el Transporte con 1.596 accidentes y 5 muertes. Esta estadística pone de manifiesto que, aunque la tendencia es positiva, estos sectores continúan siendo los más vulnerables en términos de seguridad laboral.

Valoración de UPTA España y la necesidad de más medidas preventivas

Desde UPTA España, el balance es positivo, pero cauteloso. La organización destaca la necesidad de seguir trabajando en la prevención de riesgos laborales para los autónomos. Eduardo Abad, presidente de UPTA, subraya que, a pesar del descenso, “las cifras siguen siendo muy preocupantes”. Abad hace un llamado al Ministerio de Trabajo para que se implementen más medidas de concienciación y formación adaptadas a cada sector de actividad.

Entre las medidas reclamadas, se incluyen campañas de prevención específicas, formación sectorial en prevención de riesgos laborales (PRL), y una mejor difusión de las herramientas de evaluación de riesgos para los trabajadores autónomos. Abad concluye que la coordinación en la prevención sigue siendo una «gran asignatura pendiente» que debe abordarse con urgencia.

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