Urgencia en la creación de programas de prevención
El suicidio es una de las principales causas de muerte no natural en Castilla y León, con un promedio de 200 fallecimientos anuales. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2023 se contabilizaron 194 suicidios en la comunidad, lo que ha llevado al Colegio Oficial de Psicología de Castilla y León (Copcyl) a reclamar una Ley Nacional de Prevención del Suicidio. Los psicólogos insisten en que las políticas de prevención deben ser una prioridad para reducir estas cifras alarmantes.
El decano del Copcyl, Jaime Gutiérrez, ha destacado que las personas que deciden quitarse la vida «no quieren morir, sino dejar de sufrir». Por eso, subraya la importancia de detectar las señales de alerta para intervenir a tiempo y evitar tragedias.
El perfil de las víctimas
En España, las cifras anuales de suicidio son impactantes: 3.952 fallecimientos en 2023. De estos, 194 se produjeron en Castilla y León, afectando mayoritariamente a hombres, que representan el 72% de los casos. El grupo de edad más afectado es el de entre 50 y 59 años, con 40 muertes, seguido del grupo de entre 70 y 79 años, con 33 casos.
Los especialistas destacan que el suicidio en mujeres es menos frecuente, pero esto no minimiza la gravedad del problema. Además, aunque en la franja de menores de 15 años no se han registrado suicidios, los psicólogos alertan de que el riesgo existe en todas las edades.
La necesidad de una Ley Nacional de Prevención del Suicidio
Uno de los principales retos para abordar esta crisis es la falta de una legislación específica. Jesús de Blas, vicedecano del Copcyl, ha insistido en que visibilizar el problema es solo el primer paso. «La normalización del suicidio como tema de conversación no sirve de nada si no va acompañada de una estrategia nacional y de recursos suficientes«, afirmó.
Entre las medidas propuestas destacan el aumento de los profesionales de salud mental en Atención Primaria, el acompañamiento adecuado a los familiares de las personas en riesgo y la destinación de un presupuesto adecuado para enfrentar esta problemática.
Detectar las señales a tiempo
Uno de los puntos clave para prevenir el suicidio es reconocer las señales de alerta. Según el Copcyl, estas pueden incluir:
- Cambios en el estado de ánimo, como expresiones de desesperanza o pérdida de interés por actividades previamente disfrutadas.
- Aislamiento social y disminución de las relaciones interpersonales.
- Verbalizaciones relacionadas con la muerte o la soledad.
El Copcyl ha elaborado un decálogo de señales que pueden ayudar a identificar a una persona en riesgo. Tomarse en serio cualquier expresión verbal sobre deseos de morir y ofrecer apoyo emocional adecuado puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.
«Es fundamental que la sociedad aprenda a validar estos sentimientos y no minimice el sufrimiento que expresan las personas», concluyó De Blas.
Un problema urgente que requiere atención inmediata
La prevención del suicidio es un desafío que exige un compromiso por parte de las instituciones públicas y la sociedad. Los psicólogos piden una respuesta integral que incluya educación sobre el tema, acceso a tratamiento psicológico y un apoyo efectivo a quienes lo necesiten. Solo con un enfoque coordinado se podrá reducir la cifra de 200 suicidios anuales en Castilla y León y ayudar a las personas a encontrar una salida al sufrimiento sin recurrir a una solución tan trágica.