Las organizaciones profesionales agrarias (OPA), ASAJA, COAG y UPA, han lanzado una serie de propuestas ambiciosas para afrontar la crisis del mercado del vino en la Unión Europea. Entre las medidas más destacadas está la prohibición de nuevas plantaciones de viñedos entre 2025 y 2027. Estas organizaciones creen que limitar la capacidad productiva podría evitar una sobreoferta y equilibrar la producción con la demanda real del mercado.
Propuestas para regular la producción
Las OPA han enviado sus sugerencias a las administraciones e instituciones vinícolas encargadas de regular el sector, con el objetivo de dar soluciones a la crisis actual. Entre las medidas más importantes están:
- Ayuda financiera para el arranque de viñedos: Se propone una compensación económica para los agricultores que opten por arrancar temporal o definitivamente sus viñedos. Esta medida busca reducir la producción de uvas y ajustar el mercado.
- Replantación controlada: Los viticultores que decidan arrancar viñedos podrían, tras un periodo de tres a seis años, replantar las mismas superficies, recibiendo una ayuda económica en el proceso.
Estas propuestas están diseñadas para regular el potencial productivo de los viñedos y asegurar que no se generen excedentes que afecten los precios del vino en el mercado.
Suspensión de nuevas plantaciones en la Unión Europea
Una de las medidas más controvertidas es la solicitud a la Comisión Europea de suspender las autorizaciones para nuevas plantaciones de viñedos entre 2025 y 2027. Esta moratoria permitiría a los Estados Miembros y a los productores vinícolas evaluar el mercado y ajustar sus estrategias a nivel nacional, evitando el crecimiento descontrolado del viñedo en Europa.
Además, se propone que tras 2027 se establezca en 0% la superficie nacional anual destinada a nuevos viñedos, asegurando un control aún más riguroso de la producción vinícola.
Promoción del vino y flexibilidad para enfrentar crisis
Las OPA también abogan por impulsar iniciativas de promoción del vino en el mercado interior de la UE, especialmente a partir de 2027, para asegurar la viabilidad del sector. Al mismo tiempo, solicitan a la Unión Europea una mayor flexibilidad para que los Estados Miembros puedan implementar planes de crisis más ágiles en situaciones que afecten gravemente al mercado vinícola.
La propuesta incluye un enfoque en el enoturismo como fuente alternativa de ingresos, una medida que busca dinamizar el sector mientras se reduce la producción de vino.