La DGT ha empezado a usar los nuevos radares láser que se compraron a finales del 2017 con una inversión de cerca de un millón de euros. Los nuevos radares tienen la particularidad de que pueden instalarse con facilidad en casi cualquier vehículo o soporte, desde un trípode a un guardarraíl, o también en los coches patrulla e incluso en las motos.
La DGT ha gastado 860.000 euros en ellos y está pendiente su presentación en sociedad, aunque en su día el director de tráfico, Gregorio Serrano, ya ofreció imágenes de los mismos en sus redes sociales. Pueden controlar dos radares a la vez en los dos sentidos de circulación y controlar velocidades hasta 250 km/hora. Estos radares controlarán la velocidad de las carreteras secundarias.