Castilla y León se prepara para recibir los resultados finales del censo de lobos, un proceso exhaustivo que se ha desarrollado entre 2020 y 2023. Este censo, realizado por la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, ha sido crucial para entender la evolución de la población de estos depredadores en la región. Según las primeras estimaciones, se ha detectado un incremento significativo en el número de manadas, especialmente en las provincias de Ávila y Zamora.
Un censo esperado: Más de 20.000 indicios analizados
El trabajo de campo, que ha sido fundamental para este censo, se basó en la recopilación y análisis de más de 20.000 indicios de la presencia de lobos en la región. Esto incluye rastros, avistamientos, escuchas de aullidos y capturas fotográficas mediante técnicas de fototrampeo. Estos datos permitirán una comparación directa con el censo realizado en 2012, donde se contabilizaron 179 manadas en Castilla y León.
Las fuentes de la Dirección General de Medio Natural explicaron que aunque el censo es decenal y proporciona una «foto» de la situación en un momento específico, es vital realizar un seguimiento continuo para obtener un panorama más detallado y preciso. «Se han inventariado nuevas manadas entre 2014 y 2018», explican, aunque advierten que esto no significa necesariamente que todas estas manadas existan de forma simultánea.
Aumento de manadas: Un panorama optimista para la conservación del lobo
Los resultados preliminares ya han confirmado el aumento de manadas en Ávila y Zamora, lo que es un indicativo positivo para la conservación del lobo en Castilla y León. Esto podría fortalecer la postura del Gobierno autonómico, que ha insistido en varias ocasiones que la especie está consolidada en la región, oponiéndose a su inclusión en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE).
Medidas preventivas y nuevos proyectos para 2024
En paralelo al censo, la Consejería de Medio Ambiente ha comenzado la redacción de proyectos de infraestructuras para medidas preventivas contra los daños que los lobos causan a la ganadería. Este plan, valorado en tres millones de euros, forma parte de un esfuerzo más amplio para reducir los ataques a las explotaciones ganaderas, que alcanzaron los 3.558 en 2023, resultando en la pérdida de 5.566 cabezas de ganado.
La combinación de un aumento en la población de lobos y la implementación de estas medidas preventivas sugiere un futuro en el que la coexistencia entre lobos y ganaderos sea más equilibrada y sostenible.
Conclusiones y próximos pasos
El censo definitivo, que se publicará en octubre, será clave para definir la estrategia de conservación del lobo en los próximos años. Con la expectativa de un incremento confirmado de manadas, las autoridades están preparadas para ajustar sus políticas, garantizando la protección de la especie y minimizando los conflictos con el sector ganadero.
