La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha publicado un informe revelador: 7 de cada 10 conductores en España afirman que utilizarían menos el coche si el sistema de transporte público mejorara en aspectos clave como la conectividad, la frecuencia y la accesibilidad. La OCU subraya que, con la reciente implementación de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), es fundamental priorizar una movilidad que no solo sea sostenible, sino también inclusiva y adaptada a las necesidades reales de los ciudadanos.
La movilidad sostenible como meta necesaria
A pesar de los crecientes problemas de tráfico, la contaminación y el alto coste de los combustibles, muchos españoles siguen eligiendo el coche como su medio de transporte diario. La OCU señala que esta decisión no siempre es por conveniencia, sino muchas veces por falta de opciones adecuadas de transporte público. Sin embargo, la encuesta sugiere que una parte significativa de la población estaría dispuesta a dejar el coche si el transporte público pudiera cubrir de manera eficiente sus necesidades diarias.
Brechas en el transporte público: un obstáculo para la sostenibilidad
La OCU enfatiza que para alcanzar un modelo de movilidad sostenible se requieren mejoras estructurales en el transporte público. En los trayectos cortos, muchos usuarios dependen del coche, ya que las conexiones actuales no cubren sus necesidades de cercanía ni de frecuencia. Para los viajes de media y larga distancia, la opción más sostenible es el tren. Sin embargo, en muchas zonas de España, la falta de cobertura ferroviaria y el alto precio de los trenes de alta velocidad han convertido al automóvil y al avión en opciones más comunes, aunque menos ecológicas.
Etiquetas medioambientales y ayudas al vehículo sostenible: desafíos pendientes
La OCU también ha llamado la atención sobre la actual clasificación de etiquetas de la Dirección General de Tráfico (DGT). Según la organización, el sistema debería basarse en las emisiones reales de cada vehículo en lugar del tipo de motor. Su investigación señala que algunos vehículos con etiqueta «Eco» o «Cero emisiones» pueden ser incluso menos ecológicos en términos de CO2 que ciertos modelos de combustión que llevan la etiqueta C. Esta discrepancia permite que algunos vehículos con etiquetas «verdes» accedan sin restricciones a las Zonas de Bajas Emisiones, lo cual, según la OCU, no siempre resulta beneficioso para el medio ambiente.
Además, la OCU denuncia que el retraso en la entrega de ayudas está desmotivando a los ciudadanos que desean optar por vehículos menos contaminantes. La organización propone que el Plan Moves III agilice el proceso, permitiendo que el descuento se aplique en el momento de la compra, una estrategia similar a la que se aplica en países como Italia o Austria. Otra sugerencia sería descontar el monto de la ayuda del IVA para simplificar la gestión.
Cambios estructurales necesarios para un transporte público más eficiente
La OCU resalta que, para que la movilidad sostenible sea una realidad en España, es necesario un cambio de enfoque en las políticas públicas. Se requiere una inversión en infraestructura que no solo sea capaz de reducir la dependencia del coche, sino que ofrezca alternativas accesibles, eficientes y sostenibles.