Según los datos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), los contratos realizados a personas con discapacidad en España en 2024 sumaron un total de 271.765, lo que representa una disminución del 0,8% respecto al año anterior, cuando se registraron 274.039 contrataciones. Sin embargo, Castilla y León ha experimentado un crecimiento positivo del 2,4% en este mismo período, destacándose como una de las pocas regiones que ha aumentado el empleo para este colectivo. En Zamora, la Junta de Castilla y León destinó 731.520 euros para contratar a 128 trabajadores con discapacidad en 112 localidades durante 2024.
A pesar de la caída generalizada de los contratos en el país, que es más pronunciada en el colectivo de personas con discapacidad que en la población general (con una reducción del 0,2%), los datos también reflejan una mejora significativa en la estabilidad laboral de este grupo. Según el análisis del Observatorio sobre Discapacidad y Mercado de Trabajo (Odismet) y el SEPE, la contratación temporal ha disminuido al 68,4%, mientras que los contratos indefinidos han subido al 23,4%. Además, los contratos fijos discontinuos han alcanzado el 31,6% del total, lo que indica un avance en la estabilidad comparado con el 28% de la población general.
No obstante, este avance se ve matizado por la brecha salarial y de empleo que sigue existiendo entre personas con y sin discapacidad. Las contrataciones específicas para este colectivo, que incluyen trabajos en Centros Especiales de Empleo (CEE), han experimentado caídas del 4,4% y 1,8%, respectivamente, en comparación con el año anterior.
Por otro lado, se observa una mejora en la contratación de los jóvenes con discapacidad, con un crecimiento del 3,9% en 2024, aunque este grupo sigue representando solo el 19,6% de los contratos totales para personas con discapacidad, lejos del casi 40% que corresponde a la población general.
El sector de servicios sigue siendo el principal motor de empleo para las personas con discapacidad, concentrando el 82,4% de los contratos, especialmente en ocupaciones elementales como la limpieza, trabajos en manufacturas y hostelería. A pesar de ello, también se registran contratos en sectores con mayor cualificación, como la programación informática o la docencia.
Un desafío pendiente
A pesar de las mejoras en estabilidad laboral y algunos sectores, la brecha de empleo sigue siendo una preocupación. Sabina Lobato, directora de Formación, Empleo y Estudios de Fundación ONCE, ha subrayado que «el crecimiento de la desigualdad en el empleo entre personas con y sin discapacidad debe ser abordado con urgencia mediante políticas públicas ambiciosas». En este sentido, ha destacado la necesidad de una nueva Ley de Empleo que permita generar oportunidades reales para los jóvenes y personas con discapacidad sobrevenida, y ha advertido sobre el impacto que el futuro Estatuto del Becario podría tener en este colectivo.
El empleo de este colectivo sigue siendo crucial en sectores básicos, pero también muestra avances en áreas más especializadas, lo que refleja un lento, pero constante cambio hacia una mayor inclusión laboral.