Un grupo de devotos de San Martín, en Villanázar, se resiste a perder la tradicional costumbre de honrar al patrón acudiendo a la misa en su honor ataviados con capas.
Ya son, cada vez, menos los devotos y también menos los vecinos, pero en este mediodía 11 de noviembre se continuaba haciéndolo con fidelidad al patrón de sastres y pañeros. Todo empezó a raíz de un taller de bordados organizado hace una quincena de años en la localidad y en el que se confeccionaron trajes tradicionales y capas. Desde entonces, con mayor o menor presencia, la capa está presente en la fiesta de San Martín.
Tras la celebración religiosa, el vecindario compartió una generosa comida a base de pulpo y jarrete de ternera en la que participaron 84 personas en un ambiente festivo.