Aunque los datos han de tomarse con pinzas, a fecha de 30 de julio de 2024, una cosa si está clara y es que la cosecha de uva en Castilla y León se resiente en los últimos años. A ojo de buen cubero y a estas fechas en las que el envero está abriendo su proceso, se vaticinan 2.200.000 hectolitros para la próxima temporada de vendimia en el territorio castellano y leonés, señalan desde Cooperativas Agroalimentarias de España. En la comarca benaventana, los datos también se ven reducidos año tras año.
En Castilla y León las previsiones son menores respecto al año pasado debido a las heladas en invierno y a las abundantes lluvias y tormentas. Póngase como ejemplos territorios como en el Bierzo, en Rueda, Cigales e, incluso, en la Ribera del Duero. La Denominación de Origen Ribera del Duero saldó la cosecha de 2023 con algo menos de 118 millones de kilos de uva.
En la comarca de Benavente, con su Denominación de Origen Protegida Valles de Benavente, la producción de uva se resiente también en los últimos años y ello debido fundamentalmente a la falta de relevo generacional. La cosecha de este 2024 se presenta más reducida en producción, cuantificándose según viticultores y bodegueros consultados, en torno a un 25% menos de uva. Las causas obedecen a las heladas en pleno proceso de brotación. Una circunstancia que ha retrasado todo el desarrollo del fruto. Ni que decir tiene que a esta fecha está despuntando la toma de color, el envero que ya tenía que estar desarrollándose el 25 de julio, por Santiago, todavía se está abriendo. Ello indica que la cosecha se retrasará una semana o incluso diez días más. El periodo de entre 40 y 50 días después del envero, son las fechas marcadas en el calendario para la vendimia.
En todo caso, la viña de la comarca benaventana presenta un buen fruto, limpio y con empuje, aunque la toma de color se haya retrasado unos días.
