La reserva hídrica de los embalses del Duero desciende al 61,8% de su capacidad

Los embalses del Duero almacenan 4.700 hm³, manteniéndose por encima de la media de la última década, aunque con un leve descenso respecto a la semana pasada.

Una bajada ligera pero en línea con los registros históricos

La reserva hídrica de la cuenca del Duero se sitúa esta semana en un 61,8% de su capacidad total, lo que equivale a 4.700 hectómetros cúbicos (hm³). Según los datos difundidos por el Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), esta cifra refleja una disminución de 0,6 puntos respecto a la semana pasada, cuando los embalses almacenaban 46 hm³ más.

A pesar de este leve descenso, las reservas se mantienen 697 hm³ por encima del promedio de la última década (4.003 hm³) y 190 hm³ por encima de las cifras de hace un año, cuando se encontraban en 4.510 hm³.

Comparativa nacional: el Duero, por encima de la media estatal

En el conjunto de España, la reserva hídrica se sitúa al 51,4% de su capacidad, con un total de 28.793 hm³ almacenados. En contraste, los embalses del Duero destacan por estar casi 10 puntos por encima de la media estatal.

Otras cuencas presentan situaciones muy diversas:

  • Cantábrico Oriental: 89%.
  • Cuencas internas del País Vasco: 100%.
  • Ebro: 74,2%.
  • Guadiana: 41,3%.
  • Guadalquivir: 35,2%.
  • Segura: apenas el 21,7%.

Factores climáticos y proyección

El MITECO informa que las precipitaciones han sido abundantes en la vertiente mediterránea, con una máxima registrada en la estación de Málaga Aeropuerto (54,4 l/m²). Sin embargo, estas lluvias han tenido un impacto menor en la vertiente atlántica, donde se encuentra el Duero.

A nivel estatal, la reserva para uso humano (consuntivo) se encuentra al 45,82% de su capacidad, mientras que la destinada a uso hidroeléctrico alcanza un 63,87%.

Una situación favorable en el Duero, pero con cautela

A pesar de encontrarse en niveles superiores al promedio de los últimos años, el ligero descenso en los embalses del Duero refleja la necesidad de seguir atentos a las variaciones climáticas y a las necesidades de abastecimiento. Con el invierno en curso, las lluvias podrían jugar un papel determinante para consolidar o revertir esta tendencia.

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