La población en Castilla y León ha experimentado un cambio notable en los últimos años, con el número de residentes extranjeros superando ya la población total de cinco de sus provincias: Ávila, Palencia, Segovia, Soria y Zamora. Este aumento refleja un crecimiento sostenido en la Comunidad, impulsado en gran parte por la llegada de inmigrantes, lo que ha ayudado a contrarrestar la tendencia de declive poblacional entre los españoles.
Un cambio demográfico impulsado por la inmigración
Castilla y León ha alcanzado los 2.393.741 habitantes al cierre del tercer trimestre de 2024, sumando 3.168 nuevos habitantes en comparación con el trimestre anterior. Sin embargo, este incremento se debe mayormente al aumento de la población extranjera, ya que los nacimientos nacionales no han logrado compensar la pérdida de población española. Solo entre los meses de julio y septiembre, fallecieron 1.631 personas, mientras que 4.799 extranjeros llegaron a la Comunidad, elevando el total de residentes de origen extranjero a 194.076 personas, equivalente al 8,1% de la población total.
Diversidad en el origen de los residentes extranjeros
Los datos reflejan que las nacionalidades más comunes entre los nuevos habitantes extranjeros son marroquíes, colombianos, venezolanos, ucranianos y chinos. La comunidad marroquí lidera el grupo, con 24.642 residentes en Castilla y León, seguida por 8.123 colombianos, 6.581 venezolanos, 5.181 ucranianos y 4.142 chinos. Este incremento de personas extranjeras en Castilla y León no solo ha ayudado a frenar el descenso poblacional, sino que también ha enriquecido la diversidad cultural de la región.
Por provincias: Burgos y Valladolid encabezan el crecimiento
A nivel provincial, el crecimiento de la población extranjera ha sido desigual. Burgos experimentó el mayor aumento poblacional, con un incremento del 0,28% (1.008 personas), alcanzando los 360.950 habitantes. Le sigue Palencia, que creció un 0,24% (374 personas). Valladolid, la provincia con más habitantes, vio un incremento de 1.112 personas (0,21%), alcanzando los 527.137 habitantes. En cambio, León ha sido la única provincia que vio un descenso, perdiendo 202 residentes en este periodo.
Un cambio de tendencia positivo para la Comunidad
Este incremento de la población extranjera ha dado lugar a una esperanza de cambio de tendencia en Castilla y León, una región que, durante años, ha enfrentado el desafío de la despoblación. Según el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, esta situación refleja el éxito de las políticas aplicadas en la Comunidad, que están logrando atraer y retener a residentes extranjeros. «Nos da esperanza de un cambio de tendencia y, sobre todo, nos reafirma en las políticas que estamos llevando a cabo», afirmó.