La paloma de la ventana de mi vecino

Los agentes de la Policía Local de Benavente se enfrentan a diario con una nutrida relación de avisos relacionados con animales, mascotas o no

Que a las palomas le gustan los seres humanos, que les gusta la limpieza, que les gusta el buen olor, que les gustan las caricias, todo eso es de sobra conocido, incluso que se dejan querer y causan ensoñadoras sensaciones entre los más pequeños e, incluso, abren ese simbolismo mágico entre los adultos.

Ya lo refiere la letra de la multiversionada y archiconocida canción «la paloma«, del compositor español Sebastián de Iradier y Salaverri, cuando el coro señala: “Si a tu ventana llega una paloma, trátala con cariño que es mi persona”. Y es que el embrujo, el mágico poder de esta hermosa ave posada sobre la ventana, encierra un simbolismo de paz, de armonía, de buenos augurios.

Esto es lo que le debió de pasar a algunos benaventanos quienes durante toda la mañana comprobaron como una paloma se había posado sobre la ventana de un vecino, sobre el poyete o alféizar. Esta ave sin nombre, hermosa ella, llegaba a concentrar miradas y elogios convirtiéndose durante varias horas en la estrella de la pasarela. Sabedora de concitar cariño con su presencia, con el paso del tiempo se abría un proceso de duda en el vecindario. «¿Le pasará algo a la paloma?», «estará coja la paloma?», se llegaban a preguntar algunos curiosos y observadores.

Y ni corto ni perezoso, uno de ellos cogía el móvil y marcaba el número de la Policía Local. Mire usted, agente, es que hay una paloma que lleva todo el día sobre la ventana y le puede pasar algo». Los agentes de la Policía Local de Benavente, parece ser que empatizaron de inmediato con el autor de la llamada y no dudaron en trasladarse hasta el lugar. Cuando se acercan hasta el ave, ésta emprende el vuelo y los observadores no salen de su asombro comprobando como cruzaba solemnemente el cielo. Sin mirar atrás. ¡Vuela paloma, eres libre!. Tu platea de dominio se prolongó durante horas llegando a crear ilusiones.

Esta anécdota es una más del sinfín de llamadas o avisos que los policías locales tienen que prestar a diario. Si esta es simpática, algunas no lo son tanto. En todo caso, los agentes se enfrentan a diario, y desde que llegan al cuartel, a un extenso abanico de avisos relacionados con los animales, mascotas o no. Las tablas de este abanico pueden abrirse por el aviso de que un gatito con collar lleva mucho tiempo merodeando por mi casa y podría estar perdido. O el perro que lleva suelto por la calle mucho tiempo, o mire usted agente, es que estoy preocupado porque la mascota de mi vecino puede estar desatendida, ya que él no se encuentra en casa. Ni que decir tienen algunos perros vagabundos merodeando por las calles e, incluso, hasta fauna salvaje, como los avisos por la presencia de jabalíes cruzando algunas de las calles del extrarradio. Incluso, el aviso de que «hemos visto un zorro merodear por aquí» o, también, algún que otro corzo.

Y es que el dicho de que la policía está para todo, se traduce en realidad. Y si no que se lo pregunten a los agentes de la Policía Local de Benavente.

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