La Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) en Castilla y León se somete a importantes cambios con la reciente adaptación al Real Decreto aprobado por el Gobierno en junio. Entre las novedades más destacadas, se encuentra la implementación de un modelo único de examen por materia y la inclusión de un 70% de preguntas abiertas y semiconstruidas en cada prueba.
Un examen único por materia
A diferencia del formato anterior, los alumnos ya no tendrán la opción de elegir entre dos modelos de examen. Ahora, habrá un único examen por materia, aunque cada prueba podrá estar dividida en distintos apartados con opciones que el estudiante podrá seleccionar según sus preferencias. Sin embargo, la elección no afectará la cantidad de competencias evaluadas, asegurando una valoración completa del conocimiento de los alumnos.
Fomento del pensamiento crítico
Una de las mayores innovaciones de esta nueva PAU es la obligatoriedad de incluir, al menos, un 70% de preguntas de respuesta abierta o semiconstruida. Este formato está diseñado para medir la capacidad de reflexión, pensamiento crítico y madurez del alumnado, buscando alejarse de los exámenes puramente memorísticos.
Este cambio refleja la necesidad de preparar mejor a los estudiantes para los desafíos académicos y profesionales, donde la capacidad de análisis y la resolución de problemas complejos son habilidades fundamentales.
Estructura de la nueva PAU
La fase general de la PAU seguirá contando con exámenes en Lengua Castellana y Literatura, Historia de España o Filosofía, además de una Lengua Extranjera, a elegir entre alemán, francés, inglés, italiano o portugués. A esto se suma una materia específica obligatoria, en función de la modalidad de Bachillerato cursada por el alumno.
En cuanto a la fase específica, esta se amplía con nuevas asignaturas como Análisis Musical, Artes Escénicas, Ciencias Generales y Dibujo Artístico, que complementan las tradicionales Matemáticas II, Latín y Matemáticas Aplicadas a las Ciencias Sociales.
Evaluación y ponderación
El examen mantendrá su peso en la calificación final, suponiendo el 40% de la nota de acceso a la universidad, mientras que el 60% restante será la media obtenida en el Bachillerato. Para aprobar, el estudiante deberá alcanzar una puntuación total de cinco puntos o más, como ha sido habitual en años anteriores.
Cambios en la Comisión Organizadora
Con el cambio de formato también llega una reestructuración en la Comisión Organizadora de la PAU en Castilla y León. Esta comisión, encargada de la organización de las pruebas, estará compuesta por representantes de distintas áreas educativas, incluyendo inspectores de educación y representantes de universidades públicas.
Una de sus funciones clave será la creación de una guía de calificación para homogeneizar la evaluación de los exámenes, no solo dentro de Castilla y León, sino también a nivel nacional, garantizando así una mayor equidad en el proceso de acceso a la universidad.
Guías de calificación y revisiones
Además, los tribunales encargados de calificar los exámenes seguirán estas nuevas guías, asegurando una corrección uniforme y objetiva. Los alumnos también contarán con más fases de revisión, pudiendo solicitar hasta tres correcciones si la diferencia entre las dos primeras supera los dos puntos, lo que refuerza la transparencia y la precisión del proceso.
Un nuevo reto para los estudiantes
Con estos cambios, la PAU no solo introduce un formato de examen más exigente, sino que también busca fomentar una formación más profunda y orientada a la realidad actual. El objetivo es que los estudiantes desarrollen habilidades que les sirvan más allá del ámbito académico, preparándolos para enfrentar con éxito los desafíos del mundo profesional.