El pasado 9 de julio uno de los edificios religiosos más señeros de la ribera del Órbigo, en Coomonte de la Vega, la ermita dedicada a San Marcos, ha sido incluida en la Lista Roja de Patrimonio debido a su deterioro. La cubierta amenaza con derrumbarse inminentemente. El estado, tanto del tejado, como de la espadaña y la torre cimborrio, son lamentables, según se detalla en la Lista Roja de Patrimonio.
Esta Lista recoge aquellos elementos del patrimonio cultural español que se encuentran sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores, con el objetivo de darlos a conocer y lograr su consolidación o restauración. Hispania Nostra puso en marcha en 2007 la Lista Roja con el objetivo de ofrecer a la sociedad un cauce de participación en la defensa, conservación y mejora de su patrimonio cultural y natural y hacer visibles todos aquellos bienes en riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores.
El edificio de la ermita de San Marcos presenta una planta de cruz latina, cuenta con una espadaña con un hueco de campana situada sobre la entrada adintelada. El crucero está cubierto por una cúpula sobre pechinas. En el altar se expone el Bendito Cristo y en el lado este del transepto la estatua de San Marcos, santo patrón de ese templo y segundo patrón del lugar de Coomonte de la Vega.
Historia:
Se trata de una ermita probablemente construida en el siglo XVIII o anterior, aunque no hay testimonio escrito acerca de sus orígenes. Una leyenda cuenta que los franceses, en 1809, robaron la imagen de San Marcos de la ermita sita en las Labradas, en Arrabalde y llevándola en carro, la arrojaron al Órbigo, río que por entonces pasaba por el actual arroyo llamado «El Pozo» y a orillas de este fue rescatada la estatua por los coomonteses y erigieron allí mismo una ermita en su honor.
El templo acoge la venerada imagen que cada año se traslada hasta la iglesia parroquial, en el pueblo, en la tarde del Jueves Santo. Desde entonces y hasta el 25 de abril, festividad de San Marcos, permanece en la iglesia para su traslado en un emotivo desfile procesional hasta la ermita.
Posiblemente sufrió una ampliación, como se aprecia en las diferencias en la anchura y en la naturaleza de la mampostería a partir de la mitad de la nave principal.
