Adentrarse en el Museo del Camino Jacobeo de la iglesia de Santa Marta de Tera es todo un placer para los sentidos. La rica colección museística jacobea y parroquial alberga un fértil contenido de objetos, piezas, ornamentos sagrados y litúrgicos, así como documentos que encierran la historia de este antiguo monasterio y su relevancia como joya del camino mozárabe sanabrés.
Las silentes piedras de la antigua abadía esconden verdaderos tesoros que rezuman historia por los cuatro costados. Desde las lipsanotecas (cajitas de madera para guardar pequeñas reliquias) o los escritos en letra visigótica, viejos ropajes del paño del pendón de Santa Marta bordado en colores marfil, carmesí y verde con la pasamanería con hilo metálico de oro. Al igual una colección de 7 vestidos del Niño Jesús que se halla en brazos de la Virgen del Rosario. Una talla del siglo XVII. Los vestidos son de hilo de ganchillo, de entredoses y de organza bordada, de raso, así como de telas bordadas y puntillas.
Toda una rica muestra de piezas y objetos que incluye vasos litúrgicos como un cáliz limosnero regio. Se trata, en este caso, de una de las piezas curiosas constituida por una funda en piel y en su interior de terciopelo para guardar un cáliz que también se halla en la muestra expositiva. Es una delicada pieza de un cáliz limosnero regio trabajada por el orfebre en el año 1752 con una inscripción superior en la que se muestra grabado el escudo del rey Fernando VI con la leyenda: «Ferdinandus VI. D. G.. Hispaniarum rex. Virtute et protectione» y en la inscripción inferior aparece la leyenda: «eminentísimo don Álvaro de Mendoza, cardenal de la santa iglesia romana. Patriarca de las Indias. Capellán y limosnero mayor de S.M. Año 1.752».
La Biblia jacobea o de Danila
Y entre los documentos expuestos se halla una copia del testamento de la reina Isabel la Católica, tal y como se publicó en Benavente Digital, o la reproducción, gracias a la aportación del entonces párroco Pedro Centeno, de un códice del siglo IX copiado por un escriba llamado Danila, a quien los investigadores sitúan en el Reino de Asturias, muy probablemente en Oviedo y que quizás trabajaría por encargo del rey Alfonso II el Casto, iniciador del Camino de Santiago. Es precisamente por este motivo por lo que ha venido a formar parte de esta colección museística del templo románico de Santa Marta de Tera, referente del camino jacobeo mozárabe sanabrés. El códice original, escrito a tres columnas en latín bíblico con vulgarismos de la época que incluyen influjos arabizantes, se guarda desde el siglo XII en la abadía cisterciense de la Santísima Trinidad de Cava del Tirreni, cerca de Salerno, al sur de Italia. La Biblia apareció a principios del siglo XII en la Italia del sur llevada muy probablemente por el antipapa Gregorio VIII, Mauricio Burdino, quien fue el pontífice del partido imperial contra el legítimo papa Calixto II.
La Biblia de Danila llegó a ser calificada como «un perfecto trabajo de ingeniería sobre pergamino», según el catedrático de Paleografía Latina de la Escuela Vaticana de Paleografía Diplomática, Paolo Cherubini, uno de los tres investigadores (junto a Alfonso Garcia Leal y José Antonio Valdés Gallego) que trabajaron en la edición facsímil de la que es la Biblia visigótica más antigua que se conoce. Las claves de la escritura apuntan a rasgos característicos del norte de España de la época y en varias páginas del códice aparece la cruz patada del Reino de Asturias. Una cruz de brazos iguales que se estrecha en el centro.
Esta reproducción del códice forma parte de la rica colección de objetos y piezas que dominan con una ordenada y cuidada disposición la planta superior del que fuera antiguo palacio de los obispos de Astorga, en el edificio anejo al templo románico de Santa Marta de Tera y que ha pasado a ser museo jacobeo y parroquial.