
La ya venerable vecina de Pobladura del Valle, Adela González Hortal, recibió el homenaje de familiares y paisanos con motivo de cumplir 100 años al convertirse en la abuela de este pueblo. La celebración de una misa de acción de gracias y el festejo familiar el pasado sábado servían para rendir un más que sentido homenaje a Adela González Hortal, nacida en Pobladura del Valle en el seno de una familia de labriegos el 1 de junio de 1923.
Rodeada de sus familiares, Pobladura vivía una jornada especial, porque 100 años forman parte de la intrahistoria local y de la propia familia, de la intensidad del siglo vivido.
La joven Adela se casó a los 25 años con un convecino, con Eliseo Vara, un panadero de casta y saga, de padres y abuelos panaderos en la calle Nueva. Fruto del matrimonio tuvieron tres hijos: Francisco, María Encarnación y Raquel, seis nietos y nueve biznietos. Fue la hija pequeña, Raquel, la que se trasladó a tierras gallegas, a Santiago de Compostela, donde llegó a elaborar en su obrador la receta de la abuela, logrando fama con los más que codiciados «Caprichos de Santiago», los famosos dulces artesanos.
La madre de los deliciosos y afamados «feos» de Galicia fue la ahora abuela de Pobladura del Valle con la receta tradicional a base de huevos de gallina, de las de corral de toda la vida, las almendras y el azúcar. Adela González Hortal elaboraba con mucho cariño «los Feos de la abuela» en la panadería de Pobladura y desde la villa zamorana, la receta llegó a tierras gallegas.



