Joyas escondidas a orillas del Almucera

Las ruinas de la antigua iglesia de Villaobispo de Vidriales esconden murales pictóricos, joyas ocultas entre los silentes muros

Las ruinas de la antigua iglesia de Villaobispo de Vidriales, cuyo culto estuvo dedicado a Santa María, sorprenden a curiosos que se acercan hasta el edificio que se alza entre el arroyo Almucera y el casco urbano en su parte más sureña.

Este pequeño pueblo de Villaobispo de Vidriales, que goza actualmente con una veintena de habitantes, se encuentra unido en su caserío con Bercianos de Vidriales. Tanto uno como otro pueblo surgen de la población de gentes llegadas desde tierras leonesas, de tierras bercianas, muy probablemente de colonos asentados tras la etapa morisca, como ocurriera en el resto de asentamientos de «Valdebedriales«, el Valle de Vidriales bañado por el arroyo Almucera. Asentamientos poblaciones auspiciados por la corona leonesa, a cuyo Reino de León pertenecen estas tierras. Asentada la población en el llano de la ribera del Almucera, sus orígenes deban muy probablemente su existencia a la casa de recreo de una dignidad eclesiástica, concretamente a un prelado, de ahí su denominación de Villa del Obispo, entre los siglos XI y XII.

Se construye coetánea una pequeña iglesia bajo la advocación de Santa María y la protección de la abadía de Villafranca del Bierzo, en tierras leonesas, de donde llegaron los monjes a «Valdebidriales». Este edificio fue ampliado con sucesivas reconstrucciones coincidiendo con el asentamiento de colonos en torno a la villa del eclesiástico.

Sobre los muros derruidos del que fuera templo parroquial de Villaobispo de Vidriales se dejan ver enlucidos pictóricos superpuestos que corresponden a épocas diferentes. Incluso en el muro norte de la nave central pervive una pintura mural que representa la escena de la Santísima Trinidad.

Apagados ya su cromatismo y trazos debido a las inclemencias del tiempo, la humedad ha hecho mella en todo el conjunto escénico. Al igual que en la cenefa ornamental de los dos muros laterales de la nave. Como en los medallones representando a los cuatro evangelistas que hasta hace poco tiempo todavía se podían apreciar en el muro sur.

Desde su cierre al culto hace ya décadas, esta iglesia dedicada a Santa María ha venido sufriendo un progresivo deterioro que ha provocado el derrumbe no sólo de su cubierta, sino de parte del muro sur y de la bóveda del testero. La desidia durante todo este tiempo ha provocado la separación del cuerpo de la escalera de acceso a la torre de espadaña, ni que decir tiene la invasión de maleza dejando tras de si un escenario bucólico entre las silentes piedras que se lamentan.

El templo que hasta entonces constituía la parroquia de Villaobispo de Vidriales, el antiguo lugar de recreo del obispo, figura en la Lista Roja del Patrimonio Cultural Español desde octubre del 2014 gozando de un triste privilegio en contraposición a los muros pétreos llenos de historia sobre los que fue construido en el primer tercio del siglo XIII, como aseguran algunos estudiosos; otros remontan el edificio original a los albores del siglo XI, viniendo entonces a ser coetáneo del vecino y antiguo cenobio de San Salvador de Villaverde, el denominado «Conventico», a medio camino entre Santibáñez de Vidriales y San Pedro de la Viña, también a la vera del arroyo Almucera.

Esta iglesia románica de Santa María de Villaobispo es de una sola nave cubierta con bóveda de cañón y de cabecera cuadrada y espadaña con tres troneras en las que todavía permanecen dos de sus campanas. La cabecera presbiterial tiene tres contrafuertes a cada lado. El acceso al interior de lo que fue el altar mayor se hace a través de un arco triunfal apuntado. En el interior, los muros de la nave todavía conservan varios enlucidos pictóricos que corresponden a épocas diferentes como bien pudieran ser las coincidentes intervenciones de obra realizadas.

Es sobre el muro norte, en su parte central, donde se evidencia la pintura mural del cuadro escénico de la Santísima Trinidad, en este caso ya de época gótica, según sus trazas. En el ábside se dejan ver, ya a pocas luces debido al desprendimiento del revoco sobre el paramento pétreo, otros restos pictóricos, así como algunos de los cuatro medallones que representarían a los evangelistas, en este caso, escenas pictóricas del siglo XVI.

Fotos. M.A.C.

Acceso a la iglesia de Villaobispo de Vidriales, en la tarde de ayer

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