Una historia de superación y determinación que inspira a todos
Iván Bragado ha demostrado una vez más que la fuerza de voluntad no conoce límites. Este miércoles 21 de agosto, logró cruzar nadando los 3.500 metros del Lago de Sanabria, en Zamora, cumpliendo así un desafío personal que comenzó hace nueve meses, cuando decidió aprender a nadar. Lo que empezó como una simple iniciativa se ha convertido en un hito memorable en su vida.
Un viaje de superación
Acompañado por un equipo de nadadores, Iván partió a las 10:00 de la mañana desde la Playa de los Enanos. Con el apoyo de Guillermo Díez Gio, su esposa María, el piloto Carlos Blanco, así como de Elena de La Van desde una barca de asistencia, Javier Pérez con piragua y Virginia Blanco en una tabla de pádel surf, Iván se lanzó a la aventura. Después de dos horas de esfuerzo constante, alcanzó su meta cerca de una chimenea de piedra con un pato, a la altura de Ribadelago Nuevo.
Después de esta hazaña, Iván volvía con sus compañeros en piragua, disfrutando así del logro realizado.
El apoyo que hizo posible el reto
El impulso para iniciar esta travesía provino de Carlos Blanco, quien sugirió el desafío y motivó a Iván a adentrarse en el mundo de la natación. «Gracias a él empecé a nadar y me gusta mucho más que la bici», compartió Iván, evidenciando cómo su vida ha cambiado desde que decidió aceptar este reto.
Iván no es ajeno a los desafíos. A los 29 años, un tumor cerebral le cambió la vida, pero nunca se rindió. Desde entonces, ha enfrentado la adversidad con coraje y determinación, convirtiéndose en un ejemplo a seguir para muchos.
Un momento inolvidable para la familia
Uno de los momentos más emotivos de la jornada fue para su abuelo, el señor Antonio, quien a sus 92 años pudo ver a su nieto mayor conquistar el Lago de Sanabria. Un logro que quedará grabado en la memoria de toda la familia.
Gratitud y celebración de Iván Bragado
Iván Bragado expresó su agradecimiento a todos los que lo apoyaron durante los meses de preparación y a aquellos que lo acompañaron en el agua o lo animaron desde la orilla. Este logro no solo es suyo, sino de todos aquellos que creyeron en él.