En un reciente estudio realizado por la Universidad de Sídney, se ha descubierto una alarmante relación entre el vapeo y la salud mental en adolescentes. Los resultados, publicados en la ‘Revista Australiana y Neozelandesa de Psiquiatría’, revelan que los estudiantes que experimentan síntomas depresivos severos tienen el doble de probabilidades de haber probado cigarrillos electrónicos, en comparación con aquellos sin estos síntomas. Este hallazgo subraya la urgente necesidad de desarrollar estrategias de prevención y apoyo emocional en las escuelas.
La preocupante tendencia del vapeo en adolescentes con problemas de salud mental
El estudio, parte del ensayo de vapeo OurFutures, encuestó a más de 5000 estudiantes de séptimo y octavo año de 40 escuelas en Australia durante el año 2023. Los datos muestran un uso generalizado de cigarrillos electrónicos entre aquellos jóvenes con peor salud mental, especialmente entre quienes padecen de estrés moderado a alto y bajo bienestar.
- 8,3% de los estudiantes encuestados reportó haber usado cigarrillos electrónicos en alguna ocasión.
- El uso de cigarrillos electrónicos fue un 74% mayor entre los estudiantes con estrés moderado.
- Este porcentaje aumentó en un 105% entre aquellos con bajo bienestar, comparados con quienes reportaron un bienestar alto.
Estos datos no solo confirman una correlación significativa entre el vapeo y la salud mental, sino que también destacan la ausencia de síntomas de ansiedad como un factor relevante en el uso de cigarrillos electrónicos, sugiriendo que otros factores emocionales y psicológicos podrían estar en juego.
La importancia de la intervención temprana
La doctora Lauren Gardner, una de las principales investigadoras del estudio, enfatiza la falta de datos sobre los vínculos entre el vapeo y la salud mental en el contexto australiano. Gardner señala la urgente necesidad de abordar estos problemas mediante intervenciones tempranas que no solo se centren en prevenir el vapeo, sino también en ofrecer apoyo emocional a los jóvenes durante las etapas críticas de su desarrollo.
Por otro lado, la profesora asociada Emily Stockings, coautora del estudio, sugiere que el vapeo podría estar relacionado con conductas de automedicación entre los adolescentes, quienes recurren a los cigarrillos electrónicos como una manera de lidiar con el estrés y la ansiedad. Sin embargo, advierte que este patrón puede agravar aún más su salud mental a largo plazo.
Un problema global con repercusiones locales
Este estudio no es un caso aislado. Investigaciones previas en otros países, incluido Estados Unidos, han encontrado vínculos similares entre el vapeo y los problemas de salud mental en adolescentes. La edad promedio en la que los adolescentes comienzan a vapear se sitúa en los 14 años, y las tasas de uso de cigarrillos electrónicos han aumentado considerablemente en los últimos años.
El creciente cuerpo de evidencia apunta a la necesidad de políticas públicas más fuertes y programas de intervención que aborden de manera integral la salud mental y las conductas de riesgo como el vapeo en la adolescencia.
