A finales de agosto, una vecina de Sandín realizó un hallazgo inesperado al encontrar una caja con cartuchos de dinamita mientras limpiaba el sobrado anexo a la vivienda de su padre fallecido, quien había sido cantero en la comarca de La Carballeda. El descubrimiento de los explosivos alertó de inmediato a la Guardia Civil de Zamora, que activó el protocolo de seguridad para evitar riesgos.
Dinamita negra de los años 50 en el corazón de Zamora
Tras el aviso, agentes del Puesto de Villardeciervos se desplazaron hasta la vivienda para señalizar y asegurar el área. Una evaluación preliminar confirmó que el material encontrado era dinamita negra fabricada en la década de 1950 por la Unión Española de Explosivos. El total del hallazgo incluyó 32 cartuchos de 100 gramos de dinamita y ocho metros de mecha lenta, probablemente empleados en obras civiles o explotaciones mineras.
Intervención del Grupo GEDEX para la destrucción de explosivos
Dado el riesgo que implicaba manipular estos explosivos por su antigüedad y deterioro, se solicitó la intervención del Grupo GEDEX (Grupo de Especialistas en Desactivación de Artefactos Explosivos) de la Guardia Civil, quienes se desplazaron desde Valladolid para destruir de forma controlada los explosivos.
Este tipo de servicios se llevan a cabo con la ayuda de personal especializado en la búsqueda, localización y desactivación de explosivos, como los equipos EBYL-NRBQ y TEDAX-NRBQ, quienes tienen una amplia formación en desactivar artefactos explosivos que representan una amenaza potencial.
Peligro latente: recomendaciones de la Guardia Civil
Este caso pone en evidencia el peligro que suponen los explosivos encontrados de manera fortuita, ya que pueden estar activos a pesar de su aspecto deteriorado. La Guardia Civil recomienda que, ante el hallazgo de proyectiles o explosivos, nunca se deben manipular ni trasladar. La mejor acción es señalizar el lugar, avisar a las autoridades competentes y esperar la intervención de los especialistas.
Una amenaza que no debe tomarse a la ligera
Explosivos antiguos, como la dinamita hallada en Sandín, pueden parecer inofensivos debido a su desgaste, pero conservan su potencial destructivo. La Guardia Civil insiste en que no debemos fiarnos del aspecto físico de estos artefactos, ya que cualquier manipulación inadecuada podría resultar en graves consecuencias.