El vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo, ha asegurado que el «amago» de proyecto de autonomía leonesa contará con su rotunda oposición. García-Gallardo basa esta postura en el «grave error» que considera ha sido la organización territorial de España, la cual, según él, ha llevado a que «lejos de aprender del fracaso» se «insista en agravar el problema».
En su primera intervención tras su baja por paternidad, García-Gallardo centró parte de su comparecencia de mitad de legislatura ante la Comisión de Presidencia de las Cortes en esta cuestión. Recordó que «León hizo grande a España» y subrayó su convicción de que «León merece algo mejor que un defensor del pueblo autonómico, un consejo consultivo propio y otro parlamento».
A pesar de que León es reconocida, incluso por instituciones internacionales, como la cuna del parlamentarismo, García-Gallardo defendió que estos elementos no justifican un cambio en su estatus autonómico. Asimismo, reconoció que León ha sido «maltratado» durante «mucho tiempo», destacando el «cierre injustificado y precipitado de minas y de centrales de producción de energía» como ejemplos de decisiones perjudiciales para la región.
El vicepresidente concluyó su intervención reafirmando su compromiso con Castilla y León en su conjunto y su oposición a cualquier proyecto que pudiera fracturar la unidad de la comunidad.