Los devotos del Bendito Cristo de la Salud en Fuente Encalada procesionaron este mediodía con la imagen del Crucificado, como siempre lo han hecho en la jornada del Lunes de Pentecostés. Como manda la tradición en la jornada posterior a la Fiesta de la inauguración de la Iglesia, la de Pentecostés. Tras el regreso del desfile procesional al templo parroquial para celebrar la misa, un grupo de mujeres ataviadas con trajes tradicionales de ricos bordados y llenos de cromatismo, entonó una antigua Loa en honor al Bendito Cristo de la Salud. La comitiva coral seguía al «mozo» portando el Ramo con las roscas por el pasillo de la iglesia hasta llegar a los pies del altar mayor, donde el presbítero Pedro Centeno, bendijo al grupo con la complacencia de los fieles, «porque lo habéis hecho bien, habéis cantado bien», eso significa bendecir.
La imagen del Crucificado que se halla en un altar frente a la entrada al templo parroquial de San Salvador, de esta iglesia de la que ya se documenta en el año 1582, no es la que se procesiona, sino un pequeño Crucificado de autor anónimo que ha presidido las despedidas de los difuntos hasta el camposanto y es la imagen titular de la cofradía de la Vera Cruz.
Es esta pequeña imagen portada sobre andas la que sale a la calle en un desfile procesional con un itinerario impregnado de historia. Nada más cruzar el pórtico monumental del siglo XVI que goza de protección BIC (Bien de Interés Cultural), y a los pies de la torre de rasgos moriscos, los devotos se dirigen con la imagen por el callejero hasta la travesía. La antigua calzada romana señalada en el itinerario del emperador Antonino como la vía XVII desde Asturica Augusta (Astorga) a Bracara Augusta (Braga, Portugal). Una vía que dio lugar en Fuente Encalada a la segunda de las mansiones en la calzada romana, después de la de Argentiolum en la Valduerna.
Fuente Encalada retoma así la secular tradición de la fiesta del Santísimo y Bendito Cristo de la Vera Cruz. Y lo continúa haciendo a pesar de la merma poblacional y de su envejecimiento. Los vecinos se resisten a perder sus tradiciones y, más aún, la de celebrar a su muy venerado Cristo de la Salud.
Fotos: M.A.C.
