Con un ambiente tranquilo y primaveral, Benavente vivió este domingo 20 de abril uno de los momentos más esperados de su Semana Santa: la Procesión del Resucitado. Tras la celebración de la Misa de Pascua en la iglesia de Santa María La Mayor, los fieles se congregaron para acompañar a las imágenes del Cristo Resucitado y la Virgen de las Angustias.
La cita reunió a cofrades, familias y vecinos en un acto marcado por la esperanza, la unidad entre hermandades y la participación de los más pequeños, que aportaron un aire especial de alegría al cierre de la Semana Santa.
Niños ataviados con túnicas blancas, pertenecientes a la cofradía de Nuestro Padre Jesús a su Entrada en Jerusalén, abrían el cortejo. Detrás, los hermanos cofrades de distintas hermandades acompañaban con solemnidad a la Virgen de las Angustias, en un recorrido que los llevó por la calle La Rúa y la calle de las Carnicerías, hasta llegar a una Plaza Mayor repleta de emoción y aplausos.

El encuentro: momento cumbre de la procesión
Desde la iglesia de San Juan del Mercado, y casi al mismo tiempo, partía la imagen del Cristo Resucitado, escoltada por miembros de la Real Cofradía del Santo Entierro de Nuestro Señor Jesucristo y la Venerable y Franciscana Cofradía de la Santa Vera Cruz. El momento más esperado se produjo en la Plaza Mayor: el simbólico Encuentro entre la Virgen y su Hijo Resucitado.
El silencio reverente se quebró con vítores y aplausos colmados de emoción, cuando el manto de la Virgen cayó lentamente, revelando el manto de fiesta ante la Resurrección de Jesús. Con suave gracia, movió las manos y la cabeza, como si saludara a los fieles con ternura. Entonces, el cielo se llenó de alas blancas y pétalos en el aire: palomas y flores fueron liberadas, elevando aún más la emoción y la fe del momento.

Camino de fe hacia la ermita
Tras la emotiva celebración en la Plaza Mayor, la multitud se encaminó en recogida procesión hacia la ermita. Allí, en un ambiente cargado de devoción y alegría, las imágenes de Cristo y la Virgen bailaron con suave solemnidad, mientras los fieles acompañaban con miradas emocionadas. La Banda Maestro Lupi interpretó con fuerza y sentimiento el Himno de España.
Al concluir la procesión cada niño recibió un paquete de golosinas como símbolo de alegría y agradecimiento.
La Procesión del Resucitado no solo es el colofón de la Semana Santa, sino también una muestra viva de cómo Benavente mantiene sus tradiciones religiosas con fuerza y sentimiento. Una cita que, año tras año, atrae a más fieles y visitantes, consolidando a la ciudad como un referente del fervor cofrade en Castilla y León.