Hoy, 16 de enero, con 93 años de memorias a cuestas, nos ha dejado Juan Antonio Vega Casado, el hombre que parecía hecho de palabras y tiempo. Su vida, larga y generosa, no cabría en ningún libro, aunque bien podría haber sido protagonista de muchos.
Para muchos, Antonio era el rostro familiar tras el Bar Cantábrico. Pero Antonio era mucho más que un anfitrión detrás de una barra. Su verdadera pasión siempre estuvo en las palabras: en las que escuchaba, en las que leía, en las que escribía y, sobre todo, en las que compartía.
Fue un narrador incansable, un hombre que supo transformar la historia de Benavente en algo vivo, cercano, y con alma. Desde los micrófonos de la COPE, las páginas de La Opinión de Zamora y Tribuna Ibérica, o desde Televisión Benavente, donde colaboró creando guiones históricos que daban vida a los relatos de nuestra tierra, Antonio se convirtió en una voz que resonaba en el corazón de quienes lo escuchaban. Su manera de contar, siempre con rigor pero nunca sin calidez, hacía que el pasado dejara de ser un lugar lejano y volviera a caminar a nuestro lado.
Antonio, autor de tres libros, también fue uno de los fundadores del Centro de Estudios Benaventanos Ledo del Pozo, dejando claro que su compromiso con la cultura y la memoria de su pueblo iba más allá de las palabras. Era un explorador del tiempo, un buscador de documentos olvidados, y un tejedor de vínculos entre lo que fuimos y lo que somos.
El viernes, a las 11:30 en la iglesia de San Juan del Mercado, se le dará el adiós que se merece, con todo el respeto y cariño. Aunque ya no estará para contarnos nuevas historias, su legado y sus relatos seguirán vivos entre todos.
Desde Televisión Benavente, te decimos adiós querido vecino con todo nuestro cariño.
