Normalidad absoluta para Discamino en esta trigesimotercra etapa que unía Estella con Logroño y que cumple el día cuarenta del Roma-Santiago, contando desde el día que la expedición partió desde Benavente allá por mediados del mes de julio. No hubo mucho reseñable, tal como nos cuenta Javier Pitillas en esta etapa con final en Logroño.
DÍA 40°.- ESTELLA – LOGROÑO – DomusVi NAJERA – LOGROÑO
» Vaya lío, no. Pues no tanto. La etapa de hoy era y fue Estella-Logroño, pero el alojamiento lo teníamos, y lo tenemos, en el DomusVi de Nájera, Residencia Santa María La Real. Ya es el tercer o cuarto año que disfrutamos de la increíble hospitalidad y la cariñosa amabilidad de Carlos, su director, y de todo su personal (Raquel, Ana, Marta…). Los dos últimos años hemos rizado el rizo y el día que finalizamos en Logroño nos alargamos en furgoneta hasta Nájera y al día siguiente, que finalizamos en Redecilla del Camino, regresamos de nuevo a Nájera para dormir. Son dos jornadas de verdadero lujo ya que:
– no hemos de hacer el equipaje,
– dormimos en colchones,
– nos dan comida, cena y desayuno,
– y hoy, además, Carlos nos ha traído helado y lazos de hojaldre de postre.
La residencia de Nájera es uno de esos sitios en los que nos sentimos muy MUY queridos. Un millón de gracias a todos los que nos regaláis tanto.
Esta tarde hemos aprovechado y les hemos puesto a los abuelitos y abuelitas el corto de EL DESORDEN DE LOS SENTIDOS y después, justo al acabar, le hemos dado una vuelta en Bici-Silla a todos y todas los que han querido.
También hemos de dar las gracias a Pilar y Paloma, concejalas del ayuntamiento de Logroño, por solucionarnos el problema de dónde guardar los Triciclos. Tras la gestión de Luluxa, madre de Juanda, nos han cedido un hueco en una sala de la casa consistorial. Han sido súper amables y les mandamos desde aquí un cariñoso saludo. Logroño es una ciudad ejemplo de accesibilidad y trabajan sobre ello de forma transversal de modo que cualquier departamento se preocupa de lo concerniente a la adaptación de los espacios y las actividades sin recurrir siempre al de bienestar social.
Y un último agradecimiento para Pedro de Ciclos Lizarra, que un año más nos ha recibido en su casa y nos ha mirado una pequeña avería en el freno de disco de la BatDuet.
Por lo demás, la etapa sin problemas, pero con un encuentro la mar de bonito con Alicia, una chica que estaba haciendo footing y que se ha acercado a conocernos con una naturalidad y un cariño de esos que dan gusto. Hemos hecho una foto y hemos quedado en que, si puede, se acercará el sábado a pedalear con nosotros».