Grisuela de Aliste, una pequeña localidad en la provincia de Zamora, lleva 12 días sin agua potable y sin ninguna alternativa de suministro. Esta situación, que afecta a todos los habitantes, fue anunciada por el Ayuntamiento de Rabanales el pasado 28 de junio mediante un bando que informaba sobre la inoperatividad de la depuradora local, declarando que el agua no era apta para el consumo humano. Sin embargo, hasta la fecha, no se ha proporcionado ninguna explicación adicional ni se han tomado medidas para solucionar la crisis.
Los vecinos de Grisuela comprenden que puedan ocurrir averías, pero consideran inadmisible que en pleno 2024 aún haya pueblos en Zamora que enfrenten esta clase de problemas sin recibir asistencia adecuada. Los habitantes critican la falta de acción por parte de la Diputación y el Ayuntamiento, que no han proporcionado agua embotellada ni instalado cisternas o una depuradora portátil, como sí se ha hecho en otros pueblos cercanos cuando han surgido problemas similares. Esto ha llevado a los vecinos a preguntarse: “¿Por qué se da agua a unos pueblos y a otros no? ¿Acaso hay pueblos de primera y otros de segunda?”
Esta situación se agrava por la cercanía del verano, una época en la que el pueblo recibe más visitantes y se prepara para las fiestas patronales, que comienzan en solo una semana. La última avería en la depuradora de Grisuela ocurrió hace apenas seis meses, y en esa ocasión, el pueblo estuvo cinco semanas sin suministro de agua potable. Además, Grisuela no cuenta con tiendas donde los vecinos puedan comprar agua, lo que obliga a las personas a desplazarse a otras localidades para adquirirla, una tarea especialmente difícil para los ancianos y personas con movilidad reducida.
Los vecinos de Grisuela de Aliste exigen una solución inmediata a esta crisis hídrica y pide a las autoridades locales y provinciales que tomen las medidas necesarias para garantizar el acceso al agua potable. “No importa si la avería se resuelve mañana o en varias semanas, no se puede dejar a los vecinos desatendidos tanto tiempo”, expresan con indignación. La situación actual es “insostenible” y refleja una gestión deficiente que no debería tener cabida en una sociedad moderna.
