Aún faltan semanas para que los más madrugadores inicien la vendimia, pero el aspecto del campo y las previsiones meteorológicas permiten apuntar una cosecha con calidad, sin la maduración acelerada de años como el pasado, y con sanidad a pesar de unas lluvias que se han repetido a lo largo de todo el ciclo.
Muy buen aspecto tiene el viñedo de la DOCa Rioja a finales de julio, en pleno cuajado de la uva y cuando falta mes y medio, aproximadamente, para que se empiecen a cosechar las variedades blancas.
El Consejo Regulador ha aprobado las normas que regularán la vendimia 2024. Entre otras, se mantiene el amparo del 90% del rendimiento establecido para las variedades tintas, lo que supone un máximo de 5.850 kilos por hectárea, y el 100% del rendimiento establecido para las blancas: un máximo de 9.000 kilos por hectárea.
También se mantiene el rendimiento de transformación imparable del 69% en el caso de uva tinta y del 70% en el caso de la uva blanca.
Como novedad, el 100% del exceso de producción deberá destinarse a destilación, incluido el 4% de desviación por causas climáticas. Además, se establece que se adoptarán medidas sobre el amparo si se rebasase en la última entrega un 15% el rendimiento tipo contemplado en el Pliego de Condiciones.
Buen estado del viñedo en Galicia
Isidoro Serantes, presidente de la DO Rías Baixas, apunta que el viñedo de la variedad albariño ya está rematando la floración. La vendimia se celebrará en septiembre, previsiblemente con algo de retraso, como consecuencia del tiempo húmedo y fresco que ha reinado en Galicia.
La previsión es que este año haya menos cantidad de uva que el pasado, con racimos más pequeños como consecuencia de las lluvias de principios de verano, pero con sanidad y con calidad.
El presidente de la DO se felicita por un viñedo en buen estado, que ha recibido agua una semana sí y otra no desde el principio del ciclo. “La planta está bonita, con vigor, y eso nos favorece porque la planta y la uva también se alimentan a través de las hojas”, celebra Serantes.
Las ventas de la DO Rías Baixas se mantienen a buen ritmo en los últimos años y el presidente del consejo regulador destaca que producción y necesidades comerciales de las bodegas “vendrán acompasadas”.
La DO Ribera mira más allá de las heladas
El viticultor Honorato Calleja destaca que el viñedo está espléndido, aunque en algunas zonas el granizo ha afectado mucho a la planta. Ha habido casos en que las tormentas han llegado en plena floración y ha habido corrimiento: la planta ha quedado sin fecundar.
El viticultor está muy atento al proceso de cuajado cuando falta más de un mes para la vendimia, que el año pasado se inició el 29 de agosto y se prolongó durante 54 días en las más de 27.000 hectáreas inscritas.
También ha habido zonas donde las heladas, como las del 18 y el 24 de abril, han afectado al 80% del viñedo. Un frío que ha afectado al viñedo de forma notable, y no solo para este año. Algunos pulgares que se dejaron pensando en el año que viene también se han congelado. “Ya veremos cómo podamos el año que viene”, analiza con aire de resignación el viticultor Honorato Calleja.
Por lo demás, la planta dispone de reservas de agua, de ‘bodega’, para afrontar el periodo más caluroso del año, por lo que cabe prever una uva de mucha calidad para la añada 2024.
Envero en Castilla-La Mancha
El viñedo de la región espera el inicio del envero. El viñedo presenta un buen estado con carácter general, aunque las zonas más húmedas registran ataques de oídio o araña.
José Ramón Díaz de los Bernardos, ingeniero técnico agrícola y viticultor, destaca la coincidencia de problemas en el viñedo de la provincia de Albacete.
Los fríos afectaron a la planta con intensidad, mientras que ahora lo que sufre son ataques de oídio.
La mayor incidencia registrada en el mes de junio fue el de las tormentas de agua y granizo, a mediados de mes. La provincia más afectada es la de Ciudad Real, con algunos muy viñedos muy afectados. Los perjuicios alcanzan en algunos casos el 80% de los brotes.
Se puede hablar de una producción entre media y alta en Castilla-La Mancha, aunque en determinadas zonas habrá menos uva que el año pasado.
Esa vendimia de producción elevada va a ser una buena noticia para las bodegas, sobre todo en relación con el vino blanco: estas elaboraciones se han agotado y ya no quedan reservas para atender la demanda del mercado, según Díaz de los Bernardos.
Aquí cabe destacar una paradoja: se han aprobado ayudas para la vendimia en verde en la región y algunos viticultores las están aprovechando para el viñedo en vaso, que es el de mayor calidad. El campo se resiente de la dificultad para contratar mano de obra y el titular del viñedo prefiere sacrificar la producción en los mejores majuelos y dejar la viña en espaldera para la vendimia mecanizada.
“La uva empezará a coger color en función del tiempo que haga; la buena noticia es que hemos tenido un comienzo de verano de temperaturas suaves, lo que beneficia a la evolución de la planta y de la uva”, subraya.
“El año pasado ya llevábamos cuatro golpes de calor a estas alturas”, recuerda Díaz de los Bernardos. En esta ocasión, en cambio, se han alcanzado los 36 grados en varias ocasiones, pero después han bajado las temperaturas. “Ese tiempo suave se nota incluso en la humedad superficial, que dura más, y en el riego”.
En la Región de Murcia el envero comenzó en la primera semana de julio, un poco antes que en Castilla-La Mancha. Hay ataques de oídio, aunque el viticultor sabe muy bien detectarlo y tratarlo a tiempo, puesto que se trata de una enfermedad endémica.
Una plaga casi bíblica en Utiel-Requena
La Unió ha reclamado la intervención de la Conselleria de Agricultura de la Comunidad Valenciana para minimizar los daños por la plaga de saltamontes en diversas partes de la DO Utiel-Requena.
Esta plaga ha causado daños importantes en el viñedo, pero también en el olivar y el cereal. Por eso, los productos demandan ayudas económicas, además de que se autorice la labranza de los cultivos, especialmente el cereal, sin que afecte a las ayudas de la PAC.
Otra petición pasa por autorizar de forma excepcional el empleo de métodos químicos en los cultivos ecológicos certificados, “especialmente en aquellos campos donde, debido a los efectos de la sequía, no se podrá obtener una cosecha” este año.
