La noche del 3 de enero de 2025, el Teatro Reina Sofía de Benavente se llenó de energía y nostalgia con el espectáculo «Pequeño Rock and Roll», una auténtica fiesta intergeneracional que unió a familias, amigos y amantes de la música en un mismo latido.
La fiesta comenzó en la calle
El teatro se quedó pequeño para la avalancha de espectadores que querían disfrutar del espectáculo, lo que derivó en un precioso gesto por parte de la banda. Antes de que comenzara el concierto, los alrededores de la iglesia de Santa María se convirtieron en un escenario improvisado. Para aquellos que no consiguieron entrada, los músicos llevaron los clásicos del rock a las calles. Con guitarras y voces en mano, organizaron un corrillo donde el público cantó y bailó bajo el cielo nocturno.
Un público entregado dentro del teatro
Con el teatro abarrotado, las luces se apagaron y comenzó el espectáculo con una potente cuenta atrás coreada por todos los asistentes. Desde los primeros acordes, quedó claro que sería una noche inolvidable. El público no paraba de corear éxitos como «La luna llena sobre París», «Desesperado en un bar», «Hoy me he levantado dando un salto mortal» de Hombres G, o «Princesas» de Pereza. Cada canción desató aplausos y ovaciones que llenaron el recinto.
Lourdes Cabellos, conductora «de la máquina del tiempo», introdujo las canciones de forma amena, dando pistas a los presentes para que adivinaran los temas antes de que sonaran, mientras compartía anécdotas sobre los grupos.
El carismático cantante Miguel Álvarez fue el alma del espectáculo, estableciendo una conexión inmediata con la audiencia. Bajó al patio de butacas, interactuó con los asistentes, sacó a “invitados forzosos” al escenario para cantar y bailar, y no dudó en echarse al pasillo para bailar con los niños presentes. Su energía desbordante y su complicidad con el público hicieron que cada rincón del teatro se sintiera parte del espectáculo.
El espectáculo no habría sido el mismo sin los integrantes del grupo. Esteban a la batería, Sergio a la guitarra, Héctor al bajo y Víctor al teclado, acompañaron a Miguel Álvarez con una impecable interpretación musical, creando el ambiente perfecto para una noche llena de ritmo, emoción y rock en estado puro.
Invitados que robaron corazones
El evento contó con momentos sorpresa que añadieron un toque especial. Entre ellos, la participación de pequeños talentos como Manuel, un niño que, según Miguel Álvarez, había sorprendido al grupo en su primera actuación juntos. Su actitud de rockero innato arrancó sonrisas y aplausos. También subió al escenario una niña de Castrogonzalo, que impresionó al público con su carisma, y Lara Melero, la joven promesa de Benavente que participó en La Voz Kids. Cada actuación de estos pequeños artistas añadió frescura y ternura a la noche.
Un final con sabor a familia
No faltaron los momentos cómicos, como cuando un voluntario del público fue “convertido” en estrella del rock para demostrar su timidez frente al micrófono, o cuando otro invitado tuvo que bailar como «un astronauta que acaba de aterrizar en el Prado de las Pavas». La interacción espontánea llenó la noche de risas.
El espectáculo culminó con el público completamente entregado, cantando a pleno pulmón y pidiendo más canciones. «Pequeño Rock & Roll» no fue solo un repaso por los grandes éxitos de las últimas décadas; fue un evento que celebró la música como puente entre generaciones.
Agradecimientos
Desde la banda, también quisieron expresar su agradecimiento al Ayuntamiento de Benavente, no solo por su apoyo, sino por hacer posible que los benaventanos pudieran disfrutar de este maravilloso concierto de manera gratuita.
Sin duda, esta cita navideña es una muestra del poder transformador de la música en vivo, y un recordatorio de que el rock and roll no entiende de edades ni fronteras.