El Obispo de Astorga: «las Unidades Pastorales tienen afán de permanencia y exigen un cambio de mentalidad»

Monseñor Jesús Fernández analiza, en vísperas del Día de la Iglesia Diocesana que se celebra este domingo, los retos a los que se enfrenta la diócesis

Monseñor Jesús Fernández González lleva 15 meses como obispo de la Diócesis de Astorga. El 18 de julio de 2020 tomaba posesión en su sede, en la Catedral de Astorga, en un acto revestido de solemnidad, aunque limitado por las restricciones sanitarias frente a la COVID-19. Una de las tareas más inmediatas, tras su toma de posesión como pastor de la iglesia asturicense, constituyó la visita a los párrocos y a las comunidades de vida contemplativa.

Monseñor Jesús Fernández, Obispo de Astorga

A través de una entrevista en el Obispado, en vísperas del Día de la Iglesia Diocesana que se celebra este domingo 7 de noviembre, el prelado manifiesta los retos a los que se enfrenta una diócesis con un amplio territorio de 11.525 kilómetros cuadrados repartido en tres provincias, León, Orense y Zamora. Más aún, un vasto territorio con 970 parroquias y una reducida nómina de párrocos, 120 sacerdotes en activo, con una media de edad de 65 años. La cercanía de monseñor Jesús Fernández, de don Jesús, como un buen pastor conocedor de la realidad de su gran rebaño, le permite analizar la difícil situación «que no es ajena», como él mismo señala, al resto de las diócesis de interior.

Es precisamente éste «uno de los problemas al que nos tenemos que enfrentar», señala el prelado advirtiendo que los párrocos, aún siendo de avanzada edad, siguen trabajando. La edad canónica de jubilación es a los 75 años y lo hacen con vocación de servicio aunque las fuerzas se ven mermadas y en muy pocos años se puede reducir esa cifra de sacerdotes a la mitad. Una circunstancia que exige un nuevo método de trabajo adaptándose a la realidad. «En eso estamos, en una reestructuración pastoral».

El obispo de Astorga explica que se han hecho reajustes decididos por los mismos sacerdotes, entendiendo que el territorio es muy extenso, con muchas parroquias y que precisan atención pastoral. «La extensión es mucha y los brazos son los que son, el nuevo proyecto pretende incorporar más brazos a la pastoral», es decir laicos como los que ya vienen ejerciendo la lectura de la Palabra y demás servicios religiosos, «pero necesitamos sumar más laicos colaboradores», expresa don Jesús.

El prelado, momentos antes de la entrevista, en el patio del obispado

Las parroquias no desaparecerán

«Las parroquias no desaparecerán», asegura con rotundidad el prelado refiriéndose a las recientemente constituidas Unidades Pastorales. «Todas las parroquias tendrán su culto en los momentos más fundamentales como son los funerales y fiestas patronales». Sin embargo, el prelado señala que el culto hay que reorganizarlo.

La creación de las Unidades Pastorales se emprende con miras al futuro y con afán de permanencia. «Se hace no sólo pensando en el ahora, sino para unos años, para que sirva durante años, porque este cambio de estructura y de estilo va a llevar tiempo». Eso lo sabe bien el Obispo de Astorga y así se lo ha expresado a los sacerdotes, «no se trata de meter a calzador», ya que exige una actitud de cambio, de mentalidad y «eso cuesta», reconoce el prelado fijando un calendario de actuación de 10 años y que entonces «habrá que revisar».

En el transcurso de la distendida conversación el obispo de Astorga, que a la vez es presidente de la Subcomisión Episcopal de Acción Caritativa y Social, dentro de la Comisión de Pastoral Social y Promoción Humana de la Conferencia Episcopal Española, aboga por reforzar el voluntariado en la labor social y caritativa de la diócesis resaltando el importante papel desempeñado no solo a través de Cáritas, sino también de otras instituciones. «Es cierto que necesitamos fortalecer la acción de Cáritas», lo explica señalando el hecho que «hay parroquias muy importantes que no están estructuradas», refiriéndose a la carencia de un director. «Con la pandemia se ha visto una mayor necesidad de voluntariado», apostilla.

El mantenimiento del patrimonio eclesiástico, de los templos, es otro de los temas abordados, más aún con el elevado número de ellos que existen en la diócesis, muchos de ellos necesitados de una restauración y en lugares casi despoblados. En este sentido, el prelado reconoce la agradecida labor de los convenios suscritos entre la Diócesis de Astorga y Diputaciones, aludiendo a que en muchos casos los templos constituyen el emblema del pueblo.

La cantera, el relevo en el clero, es también parte fundamental del análisis, ya que la Diócesis de Astorga cuenta con un reducido número de seminaristas, en número de 3. «Tenemos que trabajar mucho este tema, porque es el relevo», señala monseñor apuntando a que cuando administra el Sacramento de la Confirmación suele decir que los confirmandos «son piedras vivas», apelando a la evangelización.

No se ovida el prelado de reiterar la labor que realizan el clero, religiosos, vida contemplativa, los misioneros, y la entrevista concluye, a preguntas de este interlocutor, sobre la significación del lema episcopal escogido por el prelado: «evangelizare pauperibus», evangelizar a los pobres, con la finalidad de atender a pobres y necesitados, entendiendo la pobreza en sus variadas facetas, no sólo de penurias económicas, sino también la social.

El prelado de la iglesia asturicense, monseñor Jesús Fernández González, prepara ya el informe de la diócesis que ha de presentar ante el Papa Francisco en su visita «ad limina» antes de las Navidades.

La entrevista completa se podrá seguir, a través de Benavente Digital y Televisión Benavente, este fin de semana.

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