El joven benaventano Enrique Alonso Silván, ordenado diácono en su tierra natal

La iglesia de Santa María la Mayor de Benavente fue el escenario de un evento lleno de espiritualidad y emoción este sábado 21 de diciembre, donde Enrique Alonso Silván, seminarista de la diócesis de Zamora, fue ordenado diácono transitorio. La ceremonia, presidida por el obispo diocesano, Mons. Fernando Valera, congregó a multitud de miembros de la Iglesia, familiares, amigos y fieles para acompañar a este joven benaventano en un momento clave de su camino vocacional.

En su homilía, Mons. Valera recordó con cariño a Enrique, señalando su especial vínculo: «Hace cuatro años, cuando fui ordenado obispo, Enrique fue mi custodio«. El obispo destacó las cualidades que debe tener un diácono, tomando como referencia la figura de Pedro en su encuentro con Jesús: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas? Esta pregunta no solo está dirigida a Pedro, sino a cada uno de nosotros».

El acto comenzó con los ritos iniciales, en los que Enrique Alonso, hizo su promesa de fidelidad y obediencia, comprometiéndose a servir a la comunidad como diácono. A continuación, el obispo impuso las manos sobre él, un gesto que marca el inicio de su ministerio en el orden sacerdotal. El momento culminante fue el revestimiento de Enrique con la estola y la dalmática, que simbolizan su nuevo rol en la Iglesia, asistido por Don Tomás Aparicio, párroco de la iglesia del Carmen.

Enrique, visiblemente emocionado, también tomó la palabra durante la celebración para expresar su gratitud y reflexionar sobre su camino vocacional. «Cuando se ama a Dios, uno descubre su pequeñez, su fragilidad y su propia limitación», afirmó. Sin embargo, subrayó que estas debilidades no son un obstáculo, sino una oportunidad: «No es esto lo que nos reduce la posibilidad de actuar, sino que la posibilita. Precisamente porque uno se descubre como es, pobre y pequeño ante Dios».

Enrique Alonso se ordena diácono

El joven diácono recordó cómo esta experiencia se ha convertido en un pilar de su fe. «Dios me mira de arriba abajo, y no me juzga, no me condena, sino que me levanta y me regala tantos y tantos dones inmerecidos». Entre esos dones, Enrique destacó el de la familia, haciendo mención especial a su abuela Nieves, de 95 años, quien estuvo presente en la ceremonia: «Incluso cuando la limitación física afecta en los años, se hace verdad que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien».

El coro interparroquial, que cantó piezas como Atraénos, Virgen María, caminaremos en pos de ti y Te seguiré, llenó el templo de una espiritualidad especial, acompañando la liturgia con himnos que marcaron aún más el carácter sacramental del evento.

Enrique Alonso nació en Ponferrada (León), pero ha vivido la mayor parte de su vida en Benavente. Tras completar su formación en el Seminario de Salamanca y tras un periodo de pausa en su vocación, regresó en 2021 al Seminario Mayor de Zamora para continuar su camino hacia el sacerdocio.

Este sábado, su ordenación como diácono marcó un paso importante en su vida y en su proceso vocacional. La ceremonia fue un testimonio de su entrega a la Iglesia y a la comunidad de Benavente, que siempre lo ha acompañado en su camino de fe. Sin duda, su vocación sigue inspirando a todos los que lo conocen.

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