El ejercicio, aliado fundamental contra el dolor crónico
El dolor crónico es una realidad que afecta a millones de personas en todo el mundo, y según las instituciones científicas internacionales, uno de los mejores aliados para combatirlo es el ejercicio físico regular. Sin embargo, no todos los ejercicios son adecuados para cada paciente, especialmente cuando se lidia con dolencias persistentes como la lumbalgia, el dolor cervical o el dolor de hombro. Para comprender mejor este enfoque, entrevistamos al Dr. Luis Molina Trigueros, supervisor de Fisioterapia y Terapia Ocupacional del Hospital Universitario de Fuenlabrada.
Las dolencias musculoesqueléticas más comunes
El Dr. Molina Trigueros destaca que las principales causas de dolor crónico suelen ser problemas musculoesqueléticos. «La lumbalgia, el dolor cervical y el dolor de hombro son los más frecuentes, junto con el dolor de caderas y rodillas», explica. Estos dolores se agravan por factores como la postura inadecuada, traumatismos o accidentes. Lo preocupante, según el especialista, es que la incidencia del dolor crónico va en aumento: «Cada vez hay más demanda y, lamentablemente, los recursos sanitarios no han crecido a la par», lamenta.
El papel fundamental del ejercicio en el tratamiento
El Dr. Molina enfatiza que el ejercicio físico es una pieza clave para manejar el dolor crónico. No obstante, aclara que debe ser adaptado a cada persona: «No todos los ejercicios son iguales para todos los pacientes, por lo que es crucial contar con profesionales expertos que evalúen cada caso», afirma. Además, advierte que el ejercicio debe ser moderado y no debe provocar más dolor ni fatiga extrema.
El experto recomienda al menos 150 minutos de ejercicio moderado a intenso a la semana, tal como aconseja la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este ejercicio debe combinar actividad aeróbica y de fuerza para maximizar sus beneficios. «El ejercicio activa nuestros propios analgésicos naturales, lo que ayuda a reducir el dolor», señala.
Beneficios adicionales del ejercicio
El ejercicio no solo combate el dolor crónico, también mejora la salud general. El Dr. Molina subraya que el ejercicio puede prevenir enfermedades como el cáncer de mama o colon, así como reducir la fatiga y mejorar el estado de ánimo. «El ejercicio estimula neurotransmisores como la dopamina y la serotonina, lo que nos hace sentir mejor, más felices y menos depresivos», añade.
Ejercicio personalizado y guiado por profesionales
Uno de los puntos clave que recalca el Dr. Molina es que el ejercicio debe estar ajustado a cada paciente. Por ejemplo, en casos de dolor de rodilla, realizar ejercicios simples como levantarse y sentarse de una silla puede ser altamente beneficioso. Además, los ejercicios de fuerza ayudan a mejorar la masa muscular, mientras que los ejercicios de resistencia contribuyen a reducir la grasa corporal que, como él explica, «es proinflamatoria y aumenta la sensación de dolor».
«Todo el mundo debe hacer ejercicio, a menos que un médico indique lo contrario», concluye el Dr. Molina. Incluso pacientes que atraviesan procesos quirúrgicos o tratamientos como la quimioterapia pueden beneficiarse del ejercicio, siempre y cuando esté adaptado a sus circunstancias.
Consejos para ejercitarse con dolor crónico
El Dr. Molina ofrece algunas recomendaciones prácticas para quienes padecen dolor crónico:
- Dormir bien: El descanso es fundamental para que el ejercicio tenga un efecto analgésico.
- Motivación: El ejercicio debe ser algo placentero y no una carga para el paciente.
- Dosis adecuada: La intensidad del ejercicio debe adaptarse a cada caso. Un paciente sedentario no puede empezar con la misma intensidad que alguien acostumbrado al deporte.