El desastre de Ribadelago: 66 años después, una tragedia que Zamora nunca olvida

Un 9 de enero marcado por el recuerdo y el homenaje a las víctimas de la catástrofe en Sanabria

Una madrugada de terror en Ribadelago

El 9 de enero de 1959, un fatídico fallo en la presa de Vega de Tera transformó la tranquila localidad de Ribadelago, en la comarca de Sanabria, provincia de Zamora, en el escenario de una de las mayores tragedias del siglo XX en España. La rotura de la presa liberó una avalancha de agua que arrasó el pueblo, llevándose la vida de 144 personas, cuyos cuerpos, en su mayoría, nunca fueron recuperados.

El inicio de la tragedia

A las 3:00 de la madrugada, los habitantes de Ribadelago dormían sin imaginar el desastre que estaba por venir. La presa, debilitada por lluvias intensas y un mantenimiento insuficiente, no resistió la presión acumulada. En cuestión de minutos, el agua recorrió los ocho kilómetros que separaban la presa del pueblo, arrasando casas, calles y vidas.

De los 500 vecinos que habitaban el pueblo, solo sobrevivieron quienes lograron alcanzar zonas más altas o resguardarse en estructuras resistentes. Los primeros auxilios no llegaron hasta la mañana siguiente, cuando la magnitud de la tragedia ya era devastadora.

Homenaje a las víctimas

Cada año, el 9 de enero, se recuerda a las víctimas de Ribadelago. En un monumento erigido en su memoria, familiares, descendientes y vecinos depositan flores y comparten palabras de solidaridad. Este acto no solo honra a quienes perdieron la vida, sino que también sirve como reflexión sobre la importancia de la seguridad en las infraestructuras y la responsabilidad en su mantenimiento.

Ribadelago Nuevo: el renacer de un pueblo

Tras la catástrofe, el gobierno construyó una nueva localidad para los supervivientes, conocida inicialmente como Ribadelago de Franco, y ahora llamada Ribadelago Nuevo. A pocos kilómetros del antiguo pueblo, esta localidad se ha convertido en un punto turístico por su cercanía al Lago de Sanabria y su historia. Sin embargo, Ribadelago Viejo, con sus ruinas y su memoria, sigue habitado por algunos vecinos y permanece como un símbolo de resistencia.

Reflexión histórica y legado

La tragedia de Ribadelago dejó lecciones valiosas sobre la necesidad de supervisar las infraestructuras críticas y garantizar que nunca se repita un suceso similar. Aunque han pasado 66 años, el dolor y el recuerdo de aquella noche permanecen vivos en la memoria colectiva de Zamora.

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