Un año más, la despoblación infantil en los pueblos de Zamora ha forzado el cierre de seis unidades educativas en diversas localidades para el curso actual. A pesar de los esfuerzos por mantener las aulas abiertas con ratios mínimas, la falta de alumnos ha llevado a esta decisión, que afecta a las escuelas de El Pego, Fuentespreadas, Fuentes de Ropel y Belver de los Montes. Estas unidades se cierran debido a la desaparición de estudiantes, aunque se mantendrían si hubieran alcanzado un mínimo de tres alumnos.
Por otro lado, las aulas de Ferreruela de Tábara y Santa María de la Vega tampoco abrirán, aunque en este caso la causa es la decisión de las familias de trasladar a sus hijos a otros centros educativos.
Cierre inesperado de más unidades educativas
En un principio, solo se había previsto el cierre de dos unidades, pero finalmente han sido seis las afectadas. Este año tampoco se ha logrado recuperar ninguna de las unidades que cerraron en cursos anteriores, lo que refleja la difícil situación demográfica que enfrentan muchas localidades rurales.
Aulas rurales que siguen abiertas con ratios mínimas
A pesar de los cierres, algunas unidades educativas en Zamora siguen funcionando con un número mínimo de estudiantes. Torrefrades, Torregamones, Manganeses de la Lampreana, Ferreras de Arriba, Castrogonzalo y Coomonte mantendrán sus puertas abiertas con solo cuatro alumnos.
Por su parte, los centros de Vadillo de la Guareña, Almaraz y La Hiniesta continuarán operando con tres alumnos, lo que destaca el compromiso con el mundo rural para garantizar la educación en estas zonas despobladas.
Educación Secundaria Obligatoria en el medio rural
Uno de los ejemplos de este compromiso es el Centro Rural Agrupado (CRA) de Tábara, que sigue ofreciendo Educación Secundaria Obligatoria (ESO) a pesar de contar con un número muy reducido de estudiantes: seis alumnos en 1º de la ESO y cuatro alumnos en 2º de la ESO. Del mismo modo, el primer curso de la ESO en Santibáñez de Vidriales continuará con cinco alumnos.
