En el territorio histórico de Laudio, el alavés Llodio, donde los llodienses laudioarras se han forjado a sí mismos, un benaventano pasará a formar parte de la rica intrahistoria local de esta villa del mítico Valle de Ayala. Eloy Esteban Villar, nacido en Baracaldo, aunque residiendo en su mayor tiempo en la villa de los condes duques de Benavente, «me siento benaventano como el que más», lleva a cabo una más que significada labor en la restauración de la estación del tren de Llodio.
En la restauración y remodelación de este edificio emblemático del año 1931 y de cuyo conjunto forma parte el pequeño inmueble del refugio o marquesina entre andenes que se traslada al andén principal.
En esta laboriosa tarea de desmontaje de piedra y madera este profesional dedicado a la restauración y esculturas, el benaventano Eloy Esteban, viene participando en el proyecto encargado por Adif de remodelar el edificio de la estación de Llodio, así como del no menos emblemático inmueble denominado por los lugareños como «el refugio» o marquesina histórica que se encontraba entre andenes y pasará, tras su traslado, al andén principal. Las obras harán que se retome el original aspecto que tenía la escalera de acceso al edificio principal y la colocación de un ascensor para conexionar la plaza de la estación con el vestíbulo.
No obstante, el maestro restaurador y escultor no sólo acomete la fundamental y laboriosa tarea del traslado del refugio de la estación con la numeración piedra a piedra de la estructura y su posterior reubicación sino que, además, se encargará de intervenir en la fachada del edificio principal de la estación y en sus significados escudos nobiliarios, así como en las ménsulas y las molduras y modillones cónicos que se hallan realzados con torretas circulares.
Cuando este benaventano de pro recaló en la villa de Llodio para realizar sus trabajos como restaurador, por sus manos ya habían pasado no pocos proyectos de restauración escultórica y artística en un buen número de provincias. Eloy Esteban Villar estudió artes plásticas en la escuela de la Encomienda de Benavente para continuar su formación artística en Madrid y es precisamente en la capital de España donde ha dejado su sello hecho arte en proyectos como las intervenciones de restauración de los medallones de un edificio de la céntrica Puerta del Sol, o sus delicados trabajos en el edificio del Banco de España e, incluso en el edificio del Tribunal Supremo, el antiguo convento de las Salesas Reales en la plaza de la Villa de París en Madrid. Restauraciones delicadas en el patio de este histórico inmueble como las llevadas a cabo en la fuente y en las esculturas de Guzmán el Bueno y de Alfonso X el Sabio, así como en la iglesia.
Su rica faceta artística le ha llevado también a intervenir en la restauración de la iglesia de San Lorenzo de Valladolid, la iglesia cisterciense de Villamor de los Escuderos, a caballo entre Salamanca y Zamora, la iglesia de Santiago el Burgo en la capital zamorana y también en el emblemático edificio modernista de las Cariátides.
La villa de los condes duques de Benavente tiene ya la impronta artística de la mano restauradora de Eloy Esteban en la Casa Solita, en el edificio de Luis Morán, el del BBVA en la Plaza Mayor, o también en la arquería de esta céntrica ágora benaventana. Ni que decir tiene la huella del artista se ha sellado en la de la plaza del Grano, con la restauración de la escalinata o trabajos realizados al Centro de Estudios Benaventanos «Ledo del Pozo«.
Tabajos de restauración artística en edificios civiles o religiosos como la cúpula abierta en el cementerio o en las delicadas obras de restauración realizadas en la fachada de la ermita de la Soledad.
Edificio de la madrileña Puerta del Sol restaurado por Eloy Esteban
Casa Solita en Benavente Arquerías de la plaza Mayor de Benavente
Iglesia de San Lorenzo en Valladolid Escudo para Ledo del Pozo, antes de su restauración