Que las plantas de biogás están cobrando un espectacular crecimiento, eso es un hecho. La cogeneración energética recibe el respaldarazo de las administraciones y, más aún, lo más importante, el de los fondos europeos. Y un hecho es también que el alimento para abastecer estas plantas lo son los residuos orgánicos y, sobre todo, los purines, de los que el territorio de la provincia zamorana sabe mucho.
Si los promotores de este tipo de industrias las ven como una oportunidad de negocio, los vecinos de los pueblos en los que se pretenden instalarlas no lo tienen tan claro. Saben bien que están asociadas necesariamente a la obtención de la materia prima para esa producción, los restos orgánicos agrícolas y ganaderos y los purines y estiércoles de las explotaciones ganaderas. Estos vecinos no saben de la moderna terminología de la sostenibilidad que ha acuñado el concepto de economía circular, del greenwashing, de las energías renovables, de biodigestores, pero sí saben que los purines de las granjas porcinas tienen que llegar a toneladas hasta la planta para producir ese biogás. Más aún, después de producir la energía hay que evacuarla y cuando no hay gasoducto en las proximidades o se hace a través de conductos o hay que hacerlo a través del transporte por carretera. Al igual que llega en cisternas a la planta el nutriente energético, los purines, ha de salir la transformación, la energía en gas licuado, también en camiones cisternas.
Y para mayor abundamiento, las bondades que pregonan los promotores de creación de riqueza, no es tal, ya que son mínimos los puestos de trabajo que se crean en los pueblos que sufren sus efectos. Tan solo se enriquecen los especuladores de la basura. Mientras tanto, expulsan de las zonas rurales a los pocos vecinos y vecinas que se aferran a sus pueblos, como ya se viene denunciando desde organizaciones medio ambientales donde se instalan este tipo de plantas. Hasta el Parlamento Europeo han llegado las criticas a estas industrias que necesitan cada día más combustible, es decir, basura orgánica.
En la comarca de Benavente los proyectos de instalar plantas de biogás e, incluso, de biometano, están en ciernes. La de biometano en Barcial del Barco se viene ya tramitando el expediente, en el resto ha habido proyectos fallidos como en el territorio vidrialés de Santibáñez, o las pretensiones también en ciernes en el polígono de Camarzana, en la zona de 30 hectáreas de la Devesa. Incluso las que se barajan con el proyecto de instalación en el término de Junquera de Tera como ya se adelantó en Benavente Digital https://www.benaventedigital.es/proyectan-en-la-comarca-de-benavente-una-planta-de-biogas-alimentada-con-purines/
Precisamente técnicos de la empresa CapWatt que pretende proyectar la planta de biogás en Junquera de Tera informarán a los vecinos, en la tarde noche de este martes, sobre los pormenores de una planta de este tipo en la zona el Ramajal. Algunos vecinos de Junquera han contactado con este medio expresando su rechazo a la planta de biogás en su término. Por lo pronto, algunos de estos vecinos no han dudado desde esta mañana en emprender una campaña de recogida de firmas a través de change.org en contra del rechazo a la planta de biogás en Junquera de Tera.
