El puente derribado ha provocado que desde el Ayuntamiento de Santibáñez de Vidriales se solicite la intervención de obra a Infraestructuras Agrarias
En el término medio del curso del arroyo Almucera, en Moratones de Vidriales, el curso de las aguas se topa con un muro pétreo y de hormigón, aunque el empuje de la corriente atraviesa y desplaza los materiales para permitir que la circulación del agua logre una cierta normalidad.
El pontón construido hace décadas para vadear el arroyo y permitir el paso a la otra orilla del margen sureño, de tractores y maquinaria agrícola, así como de personas, ha sufrido la consecuencia de las riadas provocando el derrumbe de materiales y de los tubos de hormigón por los que fluyen las aguas. Una circunstancia que provoca una presa a la normal circulación del curso fluvial, obligando a un embalsamiento lagunar aguas arriba, junto a la captación del agua para el consumo humano de Moratones.
A 50 metros del pontón derruido, aguas arriba, se encuentra la captación del agua y junto al vado, aguas abajo en el margen izquierdo, la lámina ribereña del agua aflora los vertidos que viene arrastrando la corriente del arroyo Almucera en todo el curso medio, incluso desde el curso alto. Hasta el olor se hace insoportable donde el agua se tiñe de color rojizo. La putrefacción de algún que otro animal salvaje echa para atrás al más osado. Las támaras y abundante vegetación ribereña, así como la densa masa de juncales y floración vulnerable sirven de testigos en este escenario que antaño debiera ser privilegiado, a caballo entre Moratones y Grijalba.
Desde el Ayuntamiento de Santibáñez de Vidriales, de cuyo municipio forma parte Moratones de Vidriales, se ha solicitado recientemente al Servicio de Infraestructuras Agrarias de la Junta de Castilla y León, tanto en su sede en Valladolid como en Zamora, la reconstrucción del pontón derribado, así como una actuación de limpieza del cauce, confirmó a Benavente Digital y Tvbenavente el alcalde Claudio Delgado. El regidor municipal apunta a la presa que ocasiona la estructura derribada en el caso de abundantes precipitaciones de lluvia, en previsión de la anegación de toda esta zona ribereña.
Mientras tanto, las aguas del mítico Almucera siguen, a duras penas, su curso, ajenas a la desatención administrativa. Y lo hacen horadando el subsuelo, desplazando los elementos pétreos en el pontón derribado, hasta que la densa lámina de agua demuestre de lo que es capaz con todo su empuje.