La décima etapa pasó volando a pesar de sus casi 63 kilómetros que unían las localidades de Savona y Marina di Andora. Los chicos de Discamino se echaron la manta a la cabeza y en el caso de Javier Pitillas e Iván llegaron a alcanzar velocidades máximas de casi 50 km/h. Una etapa que como siempre tuvo sus anécdotas y que Javier Pitillas nos la cuenta.
DÍA 14°.- HOY HEMOS VOLADO DE ALBISSOLA MARINA A MARINA DI ANDORA.
«Han pasado un montón de cosas en el día de hoy, unas buenas y otras malas aunque al final, todas, han salido bien. Hoy Murphy debe estar rabioso con nosotros. Pues que se jorobe.
El relato de todas esas cosas va a ser fotográfico.
COSA MALA: Fernando sigue con la ingle y el gemelo averiados. Ha ido aguantando a marchas forzadas durante casi todo el tramo italiano y lo ha hecho estupendamente. Hay que felicitarle por tanto esfuerzo y tanto sacrificio estando físicamente a medio gas.
COSA BUENA: Fabrizio, el novio de Antonia, conocido de Discamino por habernos acompañado el año pasado en el camino de Fátima, hoy se ha hecho cargo del triciclo de Nando pilotando a Chema y lo ha hecho haciendo honor a su apellido, «meraviglia». además de Fabrizio nos han acompañado sus amigos Ricardo y Tiziana, dos personas súper cariñosas y que pedalean de lo lindo.
COSA BUENA: Salida del albergue Visconti de Albissola Marina. Hemos comido, cenado y desayunado como si no hubiera un mañana y hemos dispuesto de camas para dormir a pierna suelta todo y más. Ah, y no había hucha para el donativo.
COSA MALA: Digo que «hemos dispuesto de camas para dormir» y no que «hemos dormido» porque el amigo Chema arrancó la motosierra a la una de la madrugada y no la apagó hasta que sonó el despertador a las 5. Por a miseria.
COSA BUENA-BUENÍSIMA: Hoy ha sido un día fantástico en lo que se refiere al pedaleo. Por primera vez he disfrutado y mucho de pilotar a Iván. Puede sonar mal, pero es una realidad. Para llegar hasta ese punto los dos hemos sufrido mucho, él porque no iba a gusto y le dolían la rodilla y la cadera, y yo porque ir con alguien pedaleando del modo en que Iván pedaleaba era una verdadera tortura. Hoy Iván decía que había aprendido mucho en estos días y reconocía que se encontraba mucho más cómodo, que se cansaba menos y que aprovechaba mucho más su energía. Gracias a todo eso hoy hemos volado. Él, tan amante como es de las estadísticas, de los pulsómetros y cuenta kilómetros, ha comentado que esta mañana, del kilómetro 39 al 49 hemos pedaleado a una media de 29 km/h. De locos. No es de extrañar que se haya quedado pajarito en la mesa al acabar el bocata.
COSA BUENA: Finalmente Antonia ha decidido extrangular a Chema, cosa que alegrará enormemente a Olalla.
COSA MALA: No apretó lo suficiente y esta noche puede volver a usar la motosierra, ¡¡¡maldita sea!!!».