Cuando seas madre ya no podrás correr

La capitán de la Guardia Civil, María José Garrido Antón, de Pozuelo de Vidriales, Doctora en Psicología con Mención Europea, Experta en Criminología, Criminal Profiling y VioGeN, Profesora del Centro Superior de Estudios de la Defensa (CESEDEN), Departamento de Liderazgo, es una gran defensora del ejercicio físico, del deporte como una necesidad vital. Porque como ella misma señala en esta columna de OPINION: «El deporte es la sal. La mente la vida. La sal y la vida son nuestra esencia. Pedalea, corre, nada… esfuérzate. ¡Serás feliz!».

María José Garrido Antón

Cuando seas madre ya no podrás correr. Este y otros tipos de comentarios solía escucharlos antes de quedarme embarazada. «Olvídate de hacer deporte, de viajar, de leer, de ir al cine, de ir de fiesta», en general «olvídate de todo», pero, sobre todo, me decían «olvídate de ti».

Me gustaría silenciar ahora esas palabras con hechos, pero… aún no tengo el poder de la restrospección, de cambiar comentarios pasados y con ellos la realidad. Ahora no me importan. Pero sí admito que esas frases, esas palabras no me dejaron indiferente y si me acuerdo ahora de ellas es porque, de alguna manera, se acomodaron en alguna parte de mi cerebro.

Hoy me río al ver que, tras ser madre en dos ocasiones y sin ánimo de pecar de vanidad, afirmo con orgullo que no he dejado de correr, de hacer deporte. Aún más. He escrito tres libros, decenas de artículos, las conferencias que he dado también se cuentan por docenas; he participado en triatlones y me he llevado algún premio -en ocasiones, el primero- en carreras de 5, 10 y 21 kilómetros, tanto populares como de montaña.

Digo y afirmo, con rotundidad, que ¡si se quiere se puede! No hay excusas, sólo fuerza de voluntad.

Cada vez es más frecuente que actividades que en el pasado eran exclusivas para el colectivo masculino son practicadas por mujeres…y con éxito, mucho éxito. El tiempo y nuestro esfuerzo han demostrado que no hay barreras para nosotras. Sólo estereotipos, sesgos y obstáculos mantenidos y perpetuados en la historia.., pero que hemos demostrado y seguimos demostrando que no eran, ni son realidad.

Pero no es fácil. El poder llegar a hacerlo requiere fuertes dosis de disciplina, perseverancia, constancia y mucha, muchísima fuerza de voluntad.

A nadie le gusta levantarse a las 5:30 para entrenar, pero aprendes a valorar estos esfuerzos cuando la naturaleza te regala amaneceres mágicos. Tampoco apetece coger el rodillo cuando se duermen los niños… pero descubres en ti ese gas de guerra que te da alas y te transporta a otra dimensión.

El deporte exige grandes dosis de disciplina y compromiso personal. Pero los resultados que se obtienen son fascinantes.

El deporte es terapéutico, ayuda a relativizar la vida, a separar lo emocional del raciocinio, a detectar la irracionalidad, a ordenar ideas, a calmarte o activarte. Depende del momento y de cada persona.

Cada pedalada, cada paso hacia adelante, cada pared escalada se convierten en pequeños grandes triunfos personales que van siempre acompañados de inefables dosis de autoestima y autoconfianza. Y éstos, son fundamentales para afrontar los retos de la vida con fuerza, con ganas, con ilusión.

La importancia y la determinación del cerebro, de nuestra mente son más importantes que la propia fuerza, la genética e, incluso, que la psicomotricidad.

La mente es el principal motor del cuerpo humano.

El cerebro ordena a los músculos a que obedezcan a sus órdenes. Es como un director de orquesta. Programa y determina el rítmo, la fuerza y la cadencia de cada músculo, de cada ligamento. Por eso, más importante que entrenar el cuerpo es entrenar la mente.

Concluyo. Sólo si has notado lo que se siente al correr, kilómetros y kilómetros, con calor, con frío, con lluvia compruebas su ausencia cuando las circunstancias y los avatares de la vida te lo impiden.

¡Nunca dejes de hacer deporte! Disfruta corriendo, nadando, montada en una bicicleta. Siente el viento, la lluvia, el sol sobre tu cuerpo. Nota como tu corazón se acelera al son de tus pulsaciones y de tus latidos. Siempre en armonía y equilibrio con esta maravillosa vida.

Decían los romanos «mens sana in corpore sano» (1). Frase que ha hecho historia… pero es cierto. Si un cuerpo está fuerte la mente está más lúcida y si la mente está lúcida el cuerpo responde mejor.

El deporte es la sal. La mente la vida. La sal y la vida son nuestra esencia. Pedalea, corre, nada… esfuérzate. ¡Serás feliz!

(1) Expresión atribuida a Décimo Junio Juvenal, autor de poemas satíricos. (s. I y II d.C.). Texto literal, traducido: «debemos orar por una mente sana en un cuerpo sano».

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